Parte 3

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WILLIAM

Había pasado una noche malísimo. Después de haberme quedado dormido por haber fumado, me desperté a la mañana siguiente con un fuerte dolor de cabeza. Antes sentía la droga más fuerte que ahora pero cada vez necesitaba más para poder estar bien.

Llevaba tiempo comprándole droga a Adam pero ahora como le robe unos cigarros, creo que ya no podré comprarle mas, lo de ayer me lo confirmo bien claro.

Pase el día con Cam y sus amigos en la playa, me sentía mareado pero intentaba dejarlo a un lado y estar con Camile. Cuando me dijo que quería ser algo más que un amigo no sabia que pensar porque volvía a pensar con lo de las drogas, las novias anteriores que he tenido me han dejado por eso y no quiero que pase lo mismo con Camile pero como siempre dejo de pensar en eso y lo dejo para después… pero ahora que Camile me pregunta si me drogo, toda la felicidad de todo el día se desvaneció. 

Yo solo la miro sin poder decir nada. Ella me mira esperando que le diga algo pero no me salen las palabras, ¿que le tengo que decir? “Hey Camile, si  me drogo y me gusta pero cada vez se esta volviendo una obsesión, pero no te preocupes no es nada”

   — Y bueno… ¿me vas a decir? — su voz me dice que esta muy molesta y en solo mirarla a la cara se me hace mas difícil responderle. Dejo la patineta en el suelo y decido responderle finalmente.

   — ¿Qué te puedo decir Camile? Si, lo admito pero no es nada.

   — ¡¿Qué no es nada?! — esta vez me esta gritando y se pone roja de la rabia— Te estas drogando William— ahora habla en susurros para no despertar a Clarisse. Ella seguía durmiendo sin darse cuenta de nada, como si estuviera en su propio mundo.

   —Camile es difícil, tú no entiendes…

   — ¿QU…— respira hondo e intenta calmarse—  William — esta vez se me acerca y me mira a los ojos— es por tu bien, no sigas en eso, te va a llevar a cosas peores.

   — ¿Crees que no he intentado hacerlo? No es tan fácil, llevo años en esto y ahora se me esta haciendo cada vez mas difícil controlarme. Trabajo para mantener a mi madre y a mí en esa porquería de casa y se me hace difícil seguir adelante y por eso lo hago, lo necesito.

   —Me puedes tener a mi Will, te puedo ayudar, si lo que necesitas es dinero…

   —No, no quiero dinero, lo puedo hacer por mi parte— ella se me acerca y pone su mano en mi cara. Ver esos ojos me hace dejar de pensar. La agarro de la cintura y nos miramos largo rato.

—Escúchame Will, voy hacer lo posible para que dejes de hacer eso y si tu no colaboras… te puedes olvidar de mi.

Se aleja poco a poco y entra en su auto dejándome solo. No quiero perderla, apenas la tengo y no quiero que pase como siempre. Yo no he tenido muchas novias porque siempre estaba en la escuela y en el trabajo para pagarme la escuela y poder ir a la universidad… al final mi madre lo gasto todo para sus “necesidades” y por eso no la soporto ver mas. Me encerré en mi mundo cuando termine el colegio y no pude ir a la universidad.

Camile esperaba a que subiera al auto y yo sin decir nada obedezco. Ella se pone unos pantalones cortos y yo una camisa y arranca. Viajamos sin decir nada hasta llegar a Beverley Hills. Nunca he estado en esta parte de Los Ángeles, es muy diferente de donde vivo. Por el camino veo gente paseando perros de color rosa, gente famosa caminar, paparazzis intentando tomar fotos…

Llegamos a una casa enorme que me imagino es la de Camile. Estaciona el auto y se va directo donde se encuentra Clarisse. Yo la ayudo, la cargo y subo las escaleras mientras Camile me guía por la casa. Entramos en una inmensa habitación donde Camile me dice de dejarla en la cama.

Fuera de las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora