RECUÉRDAME

Perdón

-ángel, yo lamento mucho...- sentía una opresión en el pecho -ángel... Dios, disculpame- me cubrí el rostro con ambas manos

Unos ojos azules me miraban y en ellos se veía arrepentimiento.

-¿Jared?- mi madre tocó a la puerta y yo me aparte del espejo para abrirle -¿necesitas algo?- preguntó

-no, estoy bien- fingí una sonrisa

-cariño- dijo acariciando mi mejilla con su mano y los ojos comenzaron a picarme, la mire.

-mamá- me abraze a ella

-todo estará bien, lo bueno es que ambos están bien-

-tienes razón- dije apartándome de ella

-debes ser fuerte, piensa en ti, en tu trabajo y piensa en ella-

-es eso, si pienso en ella olvido lo demás- la tome de las manos -y no quiero descuidar a los echelon- Sonreí sin ganas y me aparte de ella -me tengo que ir- dije a la par en la que caminaba hacia la puerta.

-¿vendrás esta noche?- se limpió una lágrima

-quiero pasar la noche haya- la mire y camine de nuevo hacia ella para darle un beso en la frente

-cuidate- susurro cubriéndome con sus brazos -ambos cuídense- me soltó

Y en ese precio momento la voz de aquel hombre volvió a retumbar en mis oídos.

Como un cruel recordatorio.

"Solo me mando a decirte que te apartará de ella"

La ira comenzó a correr por mi cuerpo.

-me tengo que ir- y salí de la casa lo más pronto posible.

Cuando llegue a las puertas de la Mansión Mars las manos me temblaban y ya no tenía la misma valentía que la de hace un rato.

Pero recordar la sola idea de que alguien me quisiera apartar de mi ángel me ponía mal.

Estacione el auto y entre, se escuchaban risas y cuando estaba acercándome a la sala Ian me encontró, se le veía serio y molesto.

-ven conmigo- dijo a la par en la que me tomaba del brazo y me llevaba a la cocina.

-vengo a disc...-

-Mason esta aquí- me interrumpió

-¡¿y lo dejaste entrar?!- evite gritar

-él la quiso ver y ella no se lo negó, no puedo decidir por ella- me miró -¿tu estas bien?- miró mi pómulo

-si, sólo se abrió un poco- lo toqué e hice una mueca de dolor -¿cuando se irá?-

-tiene intensión de estar un buen rato aquí- se asomó por el pasillo

-me quedaré- lo mire

-por mi no hay problema, sirves de compañía- me palmeo la espalda

-¿Como llegó ayer?- pregunte tratando de no sonar nervioso

-bien, una pareja la trajo ayer- se quedó callado un momento -¿Que fue lo que te dijo el hombre?-

-que me apartará de ella, pero no te preocupes, yo no tengo intensión de volver con ella- mentí