Abandonada

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Narra Ángel

-¿Ángel?-

-¿si?, Lo siento, estaba pensando en otra cosa-lo mire.

-¿te pregunte que si querías un helado?- sonrío abiertamente

-suena bien- Sonreí

-entonces ahora vuelvo, espérame aquí-sonrió y camino por el mismo camino por el que habíamos pasado hace un momento.

Me senté en una banca y mire a otro lado, pensando en donde estaba ahora mismo.

Jared estaba conmigo, ambos en el parque, con muchas personas al rededor.

Tan parecido a un recuerdo...

Espere cerca de lo que parecieron dos horas y me levante, mire por donde se había ido Jared y nada.

Camine unos pasos básicamente sólo para calmar mis nervios tontos.

Y esos pasos bastaron para perderme, justamente cuando la noche comenzaba.

Pánico.

Sentía mis mejillas calientes pero al mismo tiempo un sudor frío me recorría el pecho y la espalda.

¿Acaso había sido tan torpe al alejarme tanto de él para perderme? ¿y si ya había vuelto a la banca? ¿Acaso yo, sabiendo lo poco orientada que estaba de Los Ángeles me había alejado más de la única persona que conocía? ¿O es que acaso él me había dejado ahí?

Pues si, realmente lo había hecho.

Y yo me había perdido.

En Los Ángeles.

Y sin forma de comunicarme con alguien.

Los ojos se me nublaron y las mejillas se me humedecieron, ¿lagrimas?

Si, lo eran y la noche ya había cubierto el cielo empeorando mi situación.

El miedo se apoderó de mí, no sabía que tanto me había alejado pero di vuelta al camino y volví por donde había llegado.

Nada.

Después de un momento de caminar, todo se veía igual, árboles, bancas y nada.

El pecho me subía y bajaba, cada vez más rápido.

Nadie.

Me senté en una banca a esperar, pero sencillamente las lágrimas no dejaban de escurrir.

-¿te encuentras bien?- una voz en la oscuridad

Me enjuague las lágrimas con el dorso de la mano y levante la vista, una pareja, la jóven me veía y en sus ojos se leía lástima, el hombre me miró un instante y apartó la vista ¿dolido?

-yo... Yo me he perdido- sorbi con la nariz.

-¿acaso no eres de por aquí?-

-no-

-¿te sabes el número de algún familiar?- preguntó el hombre, soltando la mano de la jóven y llevándola al bolsillo de su pantalón para sacar lo que parecía ser un celular.

-no- susurré

-si gustas podríamos llevarte a donde tú quieras- me miró la jóven

-¿es enserio?-

-claro, no te preocupes que nosotros no somos malas personas- me tendió la mano

-gracias- agarre su mano y me levante de un salto para abrazarla.

-tranquila-susurro contra mi oreja

-vamos cariño- dijo el hombre a la jóven -no esta muy lejos el auto-

RECUÉRDAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora