El amanecer de un Amor

Capítulo Cuatro

Fui a la casa de mi novia, quise llevarle unos chocolates para ella.
Llegue al barrio donde ella vive y me había parecido ver que en la casa ya no había nadie,me acerqué a ver y si, estaba sola.
Le pregunté a una vecina que había pasado con ellos y me dijo que ayer se habían mudado.

La llame para saber a dónde se había mudado, me dijo que para otro barrio no muy lejos de hay, me paso la dirección y fui para allá.
Al llegar a la nueva casa, pude ver que era más grande que la antigua, toque el timbre y salio Daniela, me saludo con un beso y me dejo pasar.
Me pidió disculpas por no haberme dicho que se iban a mudar pero a ella también le había tomado por sorpresa.
Le dije que no pasaba nada, que con tal de que ella estuviera bien todo iba a ser feliz.
Decidimos irnos a piscina un rato, para pasar la ola de calor que estaba dando.

Al otro día no sali de mi casa, no tenia que trabajar, tampoco podía visitar a mi novia pues estaba ocupada con lo del cambio de casa, David tenia que trabajar y Paula me había dicho que iba a salir de compras.
En fin, decidí ir a la casa de mis padres y llevarles alguna que otra cosa.

Cuando llegue a la casa de ellos, quedaron un poco sorprendidos porque yo no los solía visitar mucho, les di mi regalo uno para cada uno y me quede el día completo con ellos.
Mientras estaba con ellos recordé como era antes de vivir solo en un apartamento, los que hacered que me ponía hacer mi madre, el auto que arregle con mi padre y muchas cosas más, también me acorde de mi antigua mascota, una pequeña perrita que pues ya había muerto hace unos años.
Cuando entre en mi habitación, vi que todo seguía igual a como yo lo tenia hace años, la repisa en la pared con todos los juguetes que tenía, los póster de mi equipo favorito y también mi cama, lo mas querido de mi habitación, aquella cama en la que cabían 3 personas y solo era para mí, que bellos recuerdos. Pase toda la noche recordando mi niñez que me había quedado dormido sin darme cuenta, en eso llego mi madre me acomodo en la cama y me prendió el ventilador como siempre lo hacía. *Que bonita es la niñez*