No es la primera vez que estoy en un lugar como este, Poli nos empuja a través de la muchedumbre reprochándome la forma en que visto, según ella mis jeans y blusa holgada con el nombre de una banda de rock no muy famosa solo me hacen parecer una asocial pero, ¡por Dios! ¿Qué persona en su sano juicio decide vestirse como zorra todos los días para ir a la universidad? Yo definitivamente no, sí el solo hecho de peinarme me arrebataba precioso tiempo durmiendo no imaginaba lo que sería si después tuviera que maquillarme.
—Deberíamos irnos, estos inútiles no nos dejaran entrar jamás, menos a como vienes vestida, seguro creen que no llegas a los dieciséis— rio al tiempo que yo ponía los ojos en blanco y es que toda mi desde que tengo memoria me dicen "no pareces de tu edad" "pareces una niña".
—Al menos cuando tenga cincuenta años dirán que parezco de cuarenta, algo que tú no puedes decir—me sonrió cuando el vigilante al fin nos dejó pasar, miró embobado a Poli y no pude culparlo, ella es como un imán a pesar de que en ocasiones no parece darse cuenta. Aún con ese estilo de chica ruda y el escaso maquillaje que usaba. Entramos y lo primero en lo que me fije fue en el calor aterrador, más días como estos y me cocería en mi propio jugo, quite el sudor de mi frente tratando de llegar a la barra sin tener que tocar alguno de los sudorosos cuerpos, esto no debía de ser lo más higiénico.
—Dos margaritas, por favor—grito mi amiga al barman intentándose escuchar sobre los demás pero tardamos casi diez minutos en obtener nuestra orden. A lo lejos vi a Cara buscándonos y le hice señas para que se acercara.
—Lo siento, sé que llegue tarde pero la culpa de Sebastian, se acostó con una chica que resultó ser hija de mi tutora y como es usual en él, rompió su corazón, ahora ella me odia y recordó todos los deberes pendientes que tengo para final del semestre así que me programó juntas con cada uno de mis maestros, tengo más deberes que pereza— hizo un puchero al ver como Poli y yo casi no ahogábamos de la risa.
—Creía que eso era imposible— dije aun sonriendo— de todas maneras, en cuanto se entere que Poli regresó seguro deja de hacerlo
—Caramba, Sam; detén tus pensamientos ahí, sabes que él y yo jamás fuimos otra cosa que amigos— frunció el ceño y su iris verde se tornó oscuro.
—Seb siempre busca al mismo tipo de chica desde que te fuiste: rosa, hueca, morena y fácil. Todo lo contrario a ti, yo creo que hay una razón pero en tu fase de negación no voy a decirla— capte el mensaje tan claro como si Cara lo hubiese gritado, Sebastian trataba de olvidarla.
—Cara y yo siempre hemos pensado que terminaran juntos, apostamos por el tiempo, apresurarte que no quiero perder— mi amiga indignada tomo de un sorbo su bebida y luego la mía.
—Creía que veníamos a celebrar mi llegada a la ciudad, no a que intentaran ganar una estúpida apuesta en la que me involucraron— Poli era el tipo de chica que no le gustaba hablar sobre temas del amor, lo entendíamos, su pasado la había marcado de por vida.
—No vamos a amargarnos la noche, ¡vamos a emborracharnos hasta perder el conocimiento!— gritó Cara bebiendo de la copa de un desconocido.
—Creo que eso no es tuyo, preciosa— le dijo alguien sobre el ruido de la música, volteamos a verlo solo para encontrarnos a un lindo chico de cabello castaño y ojos verdes. Cara entornó los ojos —No pongas esa expresión, por mí puedes tomarte todos mis tragos, solo pensé que querrías saber que es de aquel tipo que está vomitando— ella inmediatamente trato de limpiarse la lengua y él soltó una carcajada.
—Estúpido deja de reírte, puedo morir. Sí tiene algún virus letal lo más probable es me contagie y muera— su carcajada se hizo más sonora.
—solo tiene resaca, cariño. Soy Max y les puedo invitar las bebidas que quieran— sonrió imaginando Dios sabrá qué tipo de perversiones. Poli y yo que habíamos estado anonadas hasta el momento intervenimos
—podemos comprar nuestras propias bebidas, gracias— respondió educadamente Poli.
—Estamos esperando a nuestros novios— mentí para librarnos de él. Por alguna razón presentía que su aparente cara de niño bueno solo nos traería problemas.
—No estoy interesada en aventuras de una noche y mis amigas tampoco, gracias Max— tan sutil como siempre Cara lo dejo boquiabierto.
—Acosando otra vez, chicas no se dejen engañar por este idiota — una voz llego por detrás. Lo primero que vi fue un tatuaje en forma de espiral que cubría parte de su brazo izquierdo, al voltear a verlo note que era varios centímetros más alto que yo, uno noventa quizá. Su cabello negro combinaba totalmente con sus ojos azules. Mi primer pensamiento fue "Este tipo parece recién salido de alguna novela de romance".
—Muy gracioso, Ben. Sabes que nunca haría eso, sólo trataba de convencer a estas hermosas señoritas de que se nos unieran a la fiesta de esta noche— el tal Ben sonrió.
—Por lo visto eso no está funcionando, debemos irnos ya, somos los únicos que faltan y somos anfitriones— nosotras en toda esta conversación estábamos tratando de escabullirnos, Poli chocó con alguien y cuando se dio media vuelta los ojos de Sebastian casi la perforan.
— ¿Cuándo regresaste?— le preguntó frunciendo el ceño. Ella tuvo que alzar la barbilla para mirarlo a los ojos.
—Hoy, creí que Cara te lo habría dicho a estas alturas— se miraron el uno al, los ojos de Seb miraron detrás de ella y su expresión se tornó fría.
— ¿Qué hacen hablando con esos idiotas?
— ¿Los conoces?— preguntó Cara
—Claro, ¿Quién no lo hace? Son los tipos que ganaron el primer lugar en el "Concurso Internacional Universitario de Avances en la Medicina Actual" pero que lo nerd no les nuble la vista, son unos cretinos.
— ¿Cómo tú?— atacó su hermana— Creo que iremos de fiesta con ellos, esta hermanito, es la primera parte de mi venganza, ciao— si había algo que no soportaba Seb era ver a su hermana en presencia masculina. Reí internamente.
—Chicas debemos irnos pero sí quieren venir con nosotros siempre hay espacio de más en mi Jeep— suspire mirando a Poli, ambas sabíamos que una vez que a Cara se le metía algo en la mente no paraba hasta cumplir con su objetivo.
—Nos encantaría— contestó encantadoramente. Max sonrió como un ángel, ese tipo de sonrisa que hacen que creas que no sería capaz de hacer llorar ni a un bebé. ¡Problemas! Gritó mi mente. Poli le hizo señas a Sebastian de que no se preocupara pero antes de que él pudiera contestar una morena curvilínea llego por detrás y lo beso en los labios. A pesar de que se separó de ella ya era tarde, Poli había dado media vuelta junto con Cara y los otros dos chicos. Negué con la cabeza hacia mi tonto amigo y fui detrás de esas dos locas, tendré que cuidarlas toda la noche porque seguro se embriagaran.
Que noche me espera. Solo rezo porque estos chicos no sean unos violadores.
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Las Horas Contigo
Novela JuvenilSam es un nombre confiable y así es ella. No es demasiado de algo, es bonita pero no hermosa, sus ojos son cafés pero no tan claros, no es callada y menos una parlanchina (o eso es lo que cree), sin embargo hay algo en lo que destaca, su capacidad p...