Yūjō

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Pues ¡Hola a todos! espero que estén muy bien, aquí rompo la barrera de los tres capis publicados y vamos con el cuarto, personalmente este capi en mi cabeza primeramente iba estar desde la perspectiva de Yugi, pero la musa hizo su trabajo y al segundo párrafo de la versión a mano se paso a ser la vista de Marik.

Quiero decir que ya esta la versión a mano del quinto capitulo, pero como siempre, espero subirlo el próximo miércoles, para no acostumbrarlos de subir capítulos tan seguido, a demás que aun no lo paso a PC, tengo flojera en hacerlo pero ya ven.

También, este capitulo es el mas largo de la historia, personalmente tengo un poco de miedo a escribir capítulos de mas de dos paginas de word, de hecho, un párrafo mas y me pasaba a la cuarta pagina, espero que les guste, porque si este capitulo por el momento es el mas largo, no me quiero imaginar cuando lleguemos a ese punto de la historia que ¡AHHHH! Si, va ver mucho movimiento y demás.

Sin mas les dejo el capi~

Las risas sonaban en un pequeño establecimiento del centro, era un lugar de comida chatarra de procedencia americana "Burger World" era muy conocido por sus deliciosas hamburguesas y las personas que eran adicta a esta comida en especial venían al menos una vez a la semana a relajarse y comer una comida que los llenaran. Venían muchos grupos de personas a pasarla con amigos, por lo que era demasiado normal escuchar a veces las conversaciones que los clientes daban con sus amigos, pero eso solo pasaba si eras demasiado curioso, cuando uno estaba en lo suyo solo estaba en sus conversaciones.

Por primera vez en el semestre, él con sus tres amigos por fin hablaban de cosas que pasaban en sus casas, en el caso de Jonouchi, hablaba de cosas que le pasaban su trabajo de medio tiempo y a la opinión del oji-lavanda y los otros tres era mucho más divertido que escuchar que Yugi encontró a su abuelo bailar vals con su carta atesorada o a Ryo, charlando sobre cosas de ocultismo que más de dar risa, les daba demasiado miedo y los otros tres no entendían los gustos tan exóticos que el albino tenía con todas esas cosas raras.

Cuando inicio el semestre, Marik se dio cuenta que su amigo tricolor estaba comenzando a cambiar desde que salieron de aquella clase de sociales, en donde de manera radical que cuando estaban los cuatro amigos juntos, simplemente Yugi tenía la mirada en las nubes, suspiraba a cada rato y cuando se le preguntaba que le pasaba, solo decía que estaba pensado en cosas que no eran importancia compartirlas, ¿Por qué esas amatistas no se daban cuenta que unos ojos lavanda esperaban una respuesta honesta? No lo sabía, eso le hacía pensar a Marik muchas cosas, tales buenas como malas.

¿Algo le pasaba al abuelo de Yugi? ¿Alguno de los brabucones de la universidad se estaban metiendo con él? ¿Se estaba metiendo en las drogas? No lo sabía, la respuesta no lo sabía, por más que quería encontrar preguntas positivas, no las encontraba lógicas en el caso del tricolor, si fuera algo de alegría, su amigo no se estaría cayendo como lo estaba haciendo. ¿Enamorado? Esa pregunta se le había cruzado ya tantas veces, pero... ¿Por qué Yugi ocultaría ese acontecimiento a ellos? Si fuera ello, tanto él como Ryo y Jonouchi, le apoyarían en todo, por algo eran amigos.

La risa del pequeño Yugi hundía el lugar, no era secreto para nadie, que el tricolor amaba las hamburguesas y cuando de estas se trataban podría ganarle a Ryo a un concurso de comida y aun así seguir comiendo hasta que los ingredientes de dicha comida se acabaran. De nuevo Yugi era el mismo de siempre, de nuevo era esa amatista que reía con sus cosas, que ponía mucha atención a las charlas que daban y opinaba y de nuevo reía, por las plumas doradas de Ra, como aquellos cabellos cenizos extrañaban la risa del tricolor, reír y olvidándose de la universidad.

El poseedor de ojos lavanda, desde el primer día en la universidad en donde conoció y se llevó de maravilla con Ryo y Yugi, se dio cuenta de algo, que la amistad que siempre tenía con esos dos será de la más duraderas y eso quería creerlo y lo afirmaba a todos aquellos que le hacían la pregunta de: ¿Quién eran sus mejores amigos? Pero para Marik, el pequeño tricolor de ojos amatista era más que su amigo a pasar aquellos semestres, se había convertido aquel que le robo el corazón y solo quería ver esa sonrisa en los labios de Mutou.

Escaleras de perfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora