Encontró lo que buscaba...[YoonMin]

Capitulo VI

POV JIMIN

Yoongi se volvió a posicionar encima de mi, esta vez con el bote de helado entre sus manos. Creí que me daría helado, pero todo se fue por un camino distinto. Yoongi comenzó a desabotonar mi camisa, cuando termino de hacerlo,  comenzó  un camino de helado, desde mis labios, seguido a mi cuello llegando a mi abdomen.

—Yo-yooongi —¿Que haces?— pregunte nervioso.

—Comeré el helado ya que tu no respondiste correctamente ningún ejercicio de los que te puse— dicho esto comenzó a besar mis labios, después comenzó a lamer el camino de helado que el había dibujado sobre mi cuerpo, para después, posicionar sus labios sobre mis pezones. Comenzó morderlos con delicadeza, al sentir como los succionaba, salió un gemido que resonó por toda la habitación.

—Yo-Yoongi, ah— dije con la voz entrecortada.

Su mano comenzó a recorrer mi abdomen, llegando hasta mi hombría. Metió su mano por adentro de mi pantalón, y comenzó a acariciar mi pene, haciendo movimientos suaves y lentos, ocasionando que otro gemido saliera de mis labios.

—Yoongi,n-no quiero hacerlo— dije apartando de mi.

—Ha, esta bien, pero me dejaras con las ganas— dijo mientras se posicionaba a un costado de mi.

Me senté en la cama y mire a Yoongi. —¿Quedarte tu con las ganas?, solo mira esta erección— dije un poco molesto mientras señalaba hacia mi hombría. Y lo único que hizo Yoongi fue sonreír de lado y acostarse en la cama...

POV SUGA

Tenía que vengarme de Jimin, y qué mejor forma de hacerlo que dejandole una erección, se lo merecía por evadirme todos estos días y por faltar a las clases en donde hacemos equipo.

—Yoongi, tengo que irme, dentro de algunos minutos dejará de salir el transporte que me lleva hacia el edificio en donde vivo— dijo mientras se levantaba de la cama.

—¿Y te irás así?— pregunté mientras señalaba hacia su hombría.

—Pero tengo que regresar a cambiarme— dijo serio.

—La gente te mirara raro, mejor date una ducha y yo te presto ropa— dije mientras me levantaba de la cama, me acerque hacia un gran ropero, saque una toalla de un cajón y regrese con Jimin. —Toma, ahora dúchate— dije mientras extendía la toalla hacia el.

Mientras Jimin se duchaba, yo me encontraba poniéndome mi pijama, una playera roja y un pants negro que tanto adoraba. Para cuando Jimin estuvo de regreso, yo estaba recostado en la cama, con la vista perdida en algún lugar del techo.

—Yoongi, ¿Me podrías dar la ropa?— preguntó mientras se adentraba en la habitación.

—Se encuentra en la esquina de la cama— dije mientras me volteaba a otro lado para que Jimin se pudiera cambiar.

Cuando se acabo de cambiar me pidió una sábana y una almohada para poder irse a dormir al sofá.

—Yoongi, ¿Me podrías dar una sábana y una almohada?— pregunto mientras se llevaba una mano a la nuca.

—¿No quieres dormir aquí conmigo?— pregunte serio mientras volteaba a verlo.

Jimin se quedó asombrado por las palabras que habían salido de mis labios, pero al poco tiempo reaccionó.

—Pero tu cama es muy pequeña para ambos— dijo un poco nervioso y sonrojado a la vez.

—No importa, solo ven y acuéstate a mi lado— dije mientras daba palmadas en el lado desocupado de la cama, e inmediatamente Jimin obedeció mi comentario ,acostándose mirando hacia el techo.

—Yoongi, ¿Puedo hacerte una pregunta?— preguntó mientras jugaba con sus dedos, aun mirando hacia el techo.

—¿Cual es?— conteste serio.

—¿Por que vives solo?— pregunto aun mirando hacia el techo.

—¿Así que quieres saber mi historia de mierda?— pregunte mientras lo volteaba a ver. Y el solo asintió con la cabeza.

Di un fuerte suspiro antes de comenzar a contar mi historia. —Todo comenzó desde que tenía trece años, en ese entonces vivía con mi madre.Cada día que estaba con ella me hacia muy feliz, hasta que esos días se terminaron. A mi madre le diagnosticaron cáncer, sus tratamientos eran muy costosos, así que se nos hacía difícil el poder subsistir con tan poco dinero. Un día al llegar del instituto; mi tía se encontraba en la cocina, pero mi madre no se encontraba en ninguna parte de la casa. Mi tía me comento que mi madre se encontraba en el hospital, y que ahora ella se encargaría de cuidar de mi por el tiempo en que mi madre se encontraría internada en este. Para mi fue como buenas noticias, ya que pensaba que mi madre mejoraría, pero no fue así. Cada día, después de salir del instituto, iba a verla. Era tan doloroso ver que mi madre no mejoraba, pero solo sus cálidas sonrisas me hacían feliz. 

Una tarde al llegar del instituto; mi tía me dijo que mi madre había fallecido, que de ahora en adelante viviría en su casa y que asistiría a un instituto diferente, al instituto en donde su hijo asistía.

Creí que mi tía sería dulce conmigo, pero no fue así. Ella tenía un hijo llamado Hoseok, con el que compartía la habitación. Hoseok era bueno conmigo. Pero cuando este hacía algo mal, al que culpaba era a mi, por que mi tía creía que yo lo incitaba a hacer esas malas acciones. Cada regaño que me daba mi tía me hacía pensar en que su vida será feliz si yo no existiera. Cada noche lloraba por la muerte  de mi madre, mi tía me había hecho creer que mi madre había fallecido por mi culpa, porque si yo no hubiera nacido, ella habría podido pagar sus tratamientos con mucha facilidad.

En algunas ocasiones quise ponerle fin a mi vida, pero una persona había entrado a mi corazón, Hoseok planto un fuerte sentimiento en este, pero yo ocultaba mis sentimientos hacia el, ya no quería que mi tía me tratara como mierda.

Cuando cumplí diecisiete años,comencé a trabajar para poder rentar un departamento que estuviera lejos de la casa de mi tía, por suerte el trabajo igual quedaba lejos de ese lugar.

Al cumplir los dieciocho rente el departamento, por suerte me había quedado dinero suficiente para poder cambiarme de instituto, y lo hice, me cambie de instituto sin que mi tía se diera cuenta.

Una media noche me escape de casa, haciéndole jurar a Hoseok que no diría nada sobre donde estaría. Me despedí de Hoseok, fue una triste despedida, porque tuve que ser cruel con migo mismo para poder olvidar esos sentimientos hacia el y poderme ir. Lo abrace y el comenzó a llorar, limpie las lagrimas que recorrían por sus mejillas, le di un beso en la frente y me fui de ese lugar. Lo único en que pensaba era en que no había vuelta atrás y que ahora seria una nueva persona a la cual no volverían a lastimar, como antes lo había hecho mi tía...

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