Amor o vida. ¿Elige?

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  | El norte de Granada - España | Sábado 31/10/ 1998. | Interior de una cabaña abandonada.| 

  "- ..... Siguen los suicidios de los jóvenes, al parecer es la quinta muerte en este mes" – La televisión estaba encendida a todo volumen. El señor del noticiero mencionó mientras entrababa a la dicha cabaña donde se había prologado los suicidios de las jóvenes. Al parecer fue con el dichoso juego la ruleta rusa. Siempre me apareció genial ese juego, más cuando lo vez en vivo y a todo color, la sangre que brotaba de cada uno de los cuerpos de las jóvenes era... el mismísimo paraíso. 

Flashblack:

Seis chicas, cinco balas, jóvenes Lay, isabel, lulú, Aleah, Julia, y yo, Alaia. Nos encontrábamos alrededor en del arma que poseía nuestro destino. Ninguno de nosotros se notaba asustado, nadie temía a la muerte, todos habíamos sobrevivido en algún juego anterior de la ruleta rusa. Lo único que más perturbaba era ella, Isabel, últimamente me encontraba deseando cada día que ella fuera la ganadora y que cada una de nosotras se fuera junto conmigo al infierno, el cual era nuestro verdadero lugar, lo supe en el momento en que la conocí. Había entrado por la puerta de la casa de lulú. La anfitriona de este juego, con unos lentes de soles redondos y negros a los cuales acompañaba con un vestido negro, botas y abrigo del mismo color, parecía que se había preparado para su muerte, no la culpaba, había comenzado a prepararme para la mía desde que supe que ella entraba a esto.

Eran las seis de la tarde con un típico frio de un 31 de octubre, Lay era la encargada de decir unas palabras antes de que comenzara la acción, fue la única tonta que acepto hacerlo.

- Bueno, hoy nos reunimos para convocar a la muerte, para que venga y se haga presente en cinco de nosotras, suerte a todas aunque realmente espero que pierdan.-
Uno extraños golpes se hicieron presentes, aquellos mismos, había hecho que se quebraran los vidrios de las ventanas de la cabaña. Una sonrisa engreída se hizo presente en sus labios, iba a morir siendo una idiota. Lulú sonrió mientras rodaba sus ojos, creo que pensábamos igual, luego de un tiempo ella sintió, la mirada de Alaia, pero lejos de molestarle, me sonrió, me iba a morir obsesionada por una chica que recién sabe que existo, perfecto.- bien, creo que ya es hora, Isabel comienzas. - La chica de cabello castaño sonrió y se paró sin demostrar ni una gota de arrepentimiento, yo si lo hacía por ella, era mi amiga, la quería de todos modos. Miro el arma por unos momentos soltando una carcajada.- es barata, hemos bajado de nivel.- puso la pistola sobre su frente sonrió.- Nos vemos en el infierno.- el disparo retumbo por toda la cabaña haciendo que Julia pegara unos pequeños saltos.

- Aleah es tu turno.- Alaia le quito el arma del cadáver de Isabel la cual había quedado boca abajo y ya comenzaba a dejar un charco de sangre sobre la vieja alfombra de alaia. Aleah tomo el arma pero ella se la puso apuntando en su corazón.
- Deseo sufrir, morir, como toda una mujer o vivir quedando en paz conmigo misma.- Sin dejar que ninguna proteste sobre su decisión apretó el gatillo, quedando tirando en la alfombra y con los ojos saltones.- está sí, que era una idiota. – Soltó Julia, haciéndome reír.

Alaia levanto el arma y sin esperar un momento más apunto a su cabeza y disparo, fue algo inesperado, se fue, sin decir una palabra, sin despedirse, se fue malditamente sola. Lulú corrió hasta el arma y la tomo entre sus manos, con un dedo en el gatillo. – Paremos, ahora que podemos, ¡Nos estamos volviendo locas! – Gritó histérica, lay rápidamente corrió hasta ella, para intentar quitarle el arma, lo que provoco un forcejeo, el cual Lulú no alcanzo a parar, la perra de Lulú había accionado el tema dejando a Lay muerta, tirada sobre la alfombra.

- La mataste.- Susurró Julia, parándose para ir hasta lay.

- Yo no fui, yo quería parar esto, ¡Ella se suicidó! ¡Tú lo viste! Yo lo vi, ¡Soy inocente! – Lulú grito con alegría, y se hinco en el suelo dejando el arma en el suelo. Julia acarició las heladas mejillas del cadáver de Lay.

Un fuerte viento entraba y salía de aquella vieja cabaña, hasta que lulú levantó la vista, y ahí estaba. Es decir, un joven hombre, apuesto, alto, blanco y orejón. Sentado en uno de los bancos de la mesa riéndose de la situación. Susurré esperando a que aquel joven no escuchará.

- Julia, estás viendo lo que yo.
- ¿Qué cosa?
- Lo miras ahí.- Lulú levantó su brazo y lo señalo.

Los ojos de ambas chicas se abrieron como platos y pegaron un gran gritó, haciendo que bastet se tapara sus oídos.

- Entonces, ¿Quién es la valiente para terminar con este juego? – Preguntó bastet, cuándo estás dejaron de gritar. Ambas chicas se vieron después vieron el arma. Tomando tiempo Julia le quito el arma y le apunto en el estómago de lulú. –Quiero verte morir, mientras sufres y pides ayuda.- río al ver la cara de pánico que hacía lulú. – eres una maldita zorra. – Apreté el gatillo sin tener respuesta, según el orden anterior, ahora venía lay, ella sería la ganadora. La rabia me consumió al ver la cara de tranquilidad de lulú, tome el arma por el otro lado y la golpee con el mango haciendo que la sangre corriera de inmediato por su frente. Corrí a la cocina de la cabaña y tome el cuchillo más grande y oxidado del estante, lo llevé hasta donde se encontraba el cuerpo sin vida de Lay, me arrodille a su lado y la miré con tristeza. – Tú merecías vivir, pero tranquila. Te acompañaré a nuestro pequeño infierno.- besé sus labios brevemente, estaban fríos, me levanté y comencé a pasar el afilado cuchillo por mi cuello, no dolía, el dolor psicológico era más fuerte. Luego de un minuto ya había comenzado a perder la conciencia, un charco de sangre acompañaba el cuerpo de la difunta.

- Vaya...- El chico sonrió satisfecho y recogió el arma del suelo. La misión fue completada por sí sola. El tiempo paso como dos gotas de agua, él cerró por completo sus ojos y volvió a abrirlos y ahí estaba, tocando aquel gigante piano desgastado y escuchando, las noticias de aquellas chicas, tomo el control y apago la televisión, al parecer la noticia de las jóvenes saldrán por varios días. Oh, mi dios. Eso es tan triste. 


A Fine Day to DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora