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Querido diario.

Ya es de mañana y mi fiesta está por comenzar. Estoy triste porque papá no llegó a despertarme como lo había prometido, ni siquiera mamá fue con mi pastel de velitas rojas y azules. Ya casi va a comenzar la fiesta pero no quiero estar allí si mi papá no está en ella, mamá ya lleva llamándome desde hace media hora pero no me encuentra pues estoy en mi escondite secreto, estoy en mi fuerte en mi casa del árbol  con el Capitán América a mí lado. Sólo tú mí diario y el Cap saben de esta base super secreta que ni siquiera la tía Peggy sabe donde está.
Jarvis  abrió  la ventana y puso una tarta de manzana para que se enfriara y me miró con una sonrisa.
Al final bajé de mi fuerte con cuidado de que nadie me viera guiado por ese rico olor,¡ los postres de Jarvis son tan deliciosos!
No me resisti y tome un pedazo de tarta manchandome las mejillas.

Tenía al Cap conmigo y entre al jardín de atrás mirando como llegaban los invitados pero ni rastros del bigote de papá.

Sentí un jalón y era mi mamá, me regaño por manchar el traje nuevo que me había dado y me limpió el rostro muy fuerte, me dijo que no llorara y que tenía que estar feliz porque era mi fiesta. Me llevó con sus amigas y su rostro cambió a uno mas alegre mientras platicaba con ellas. Me solté de su agarre y me lleve al Cap por un panesillo.
Jarvis me miró preocupado pero no dijo nada y me acompaño por dulces.

Me cantaron feliz cumpleaños, mis amigos y todos allí. Mordí mi pastel y tía Peggy me manchó con merengue en la nariz.
Mi mamá se la pasó regañandome y tía Peggy siempre intervenía.
Me dieron muchos regalos, pero el que mas me gustó fue un poster del Capitán América que me dio tía Peggy junto con un escudo.

Pero el regalo que había esperado no llegó. Mi papá no llegó a mi fiesta.

Tony's DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora