¿Tregua? Tregua

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Mi cuerpo se sentía realmente cansado y lo más probable es que mi cabello siga igual o peor de rebelde, aunque a mí no me molestaba eso ya era una costumbre que estuviera así. Me levante y note que el cielo apenas se aclaraba pero no es su totalidad, tome mi bolsa y arregle un poco mi cabello tome mi bolsa y salí de la habitación.

Note que todos seguían dormidos por lo que salí no sin antes ponerme mi caperuza, el día no estaba tan frío como ayer y eso era perfecto ya que podría explorar los alrededores y buscar algo de comer aquí.

-Desearía tener mi arco-maldecía mi suerte, no sería buena idea comer las provisiones que tengo en este momento pero si no encuentro algo pronto tendré que hacerlo.

Me fui alejando cada vez más de la aldea para buscar algo, todo está cubierto de nieve y parecía que los arboles estaban petrificados, podía verse que este lugar era triste y solitario lo cual me recordó aquella vez que fuimos mis padres y yo a la coronación de la reina Elsa. Temblaba de solo recordarlo ya que nadie está acostumbrado a que de un cálido clima te cayera una tormenta de nieve en menos de 5 minutos.

Tal vez en mi libro pueda encontrar algo que me diga más sobre este lugar, busque en mi bolso hasta encontrar el libro que mi madre me dio. Comencé a buscar en las páginas algo que me pudiera ayudar, pero no encontré nada.

-Perfecto-dije mientras soltaba un suspiro.

Este lugar no se parecía en nada a DunBroch es tan... bueno silencioso, hubiera sido una buena opción venir a refugiarme aquí cuando mi madre aún tenía la loca idea de casarme ya que siempre he sentido que este tipo de lugares pueden ser mi segundo hogar.

-Ojala estuvieras aquí Angus-repetía para mí.

Angus me sería de gran apoyo en estos momentos ya que él y yo siempre exploramos lugares nuevos del reino juntos y nada me agradaría más que tener a un amigo a mi lado o incluso a mis traviesos hermanos.

-A naoidhean bhig- comencé a cantar mientras llegaban a mí los recuerdos de mi familia.-cluinn mo ghuth-me sentía tan... indefensa como aquella vez-Mise ri d' thaobh-lo único que quería era regresar a mi hogar-Mise ri d' thaobh-con mi padre y mis hermanos teniendo los típicos problemas familiares.

Escuche que una rama se partió lo cual me altero ya que no había forma de defenderme, pero de un arbusto salió aquella lagartija que no quería ver.

-¿Qué haces aquí?-me pregunto con esos enormes ojos verdes brillantes.

-Explorando-me limite a responder y seguir caminando.

-Te ordene que te quedarás en la casa-gruño a lo cual yo ignore.

-Serás el jefe de la aldea pero...-le indique que se acercara a lo que el obedeció-¡TU NO ERES MI JEFE!-le grite en cuanto estaba lo suficientemente cerca para aturdirlo-Ahora si me disculpas esta chica tiene que conseguir su desayuno-di media vuelta para continuar mi camino.

¿Quién se cree ese idiota? Ahora resulta que puede ordenarme y que yo haré todo lo que me diga, nadie le dice a una princesa que hacer y menos una lagartija gigante con aires de grandeza.

Mientras seguía hablando mal del fenómeno con patas note que ya me había alejado mucho de la aldea y que no se dignó a seguirme lo cual es una buena señal para mí, me detuve y me senté en una de las raíces que sobresalía de la tierra.

No paso mucho para que aquella imagen reviviera en mis recuerdos-Mamá...Papá...Hermanitos...-mis palabras se entrecortaban al ver nuevamente la imagen de mis padres despidiéndome del muelle.

-O mhaighdean bhan-nuevamente retome la canción antes de ser interrumpida-Ar righinn oig-observe al oscuro cielo recordando esa noche de lluvia-fas as faic-en la cual mi madre cantaba para mi mientras yo jugaba-Do thir, dileas fhein-y al asustarme ella me calmo con la canción y su amor.

¿La princesa y El vikingo? (Mericcup)Where stories live. Discover now