—¿Y eso te sorprende?
—La verdad es que sí. No es muy normal pagarse la carrera con una beca de boxeo.
—Su tío es Lawrence Patrick, el boxeador.
—Yo he oído hablar de él —dijo Julie—. Ahora es mayor, pero fue muy famoso.
______ también había oído hablar de él.
—Una familia muy interesante.
—Justin fue educado por su tío. Es una historia fascinante, pero ya te la contará él mismo. Vais a pasar mucho tiempo juntos.
No era algo que _____ quisiera recordar precisamente, pensó mientras tomaba una carpeta con un cuestionario. Justin quería que lo rellenase para fingir que lo sabía todo sobre ella…
¿Cómo se le había ocurrido decir que sí? Aquello era una locura.
Pero antes de que pudiera pensar en echarse atrás, Cameron las había llevado a las cuatro hasta la limusina. Y cinco horas después, ____ estaba agotada. Se había probado docenas de vestidos, blusas, pantalones, faldas, chaquetas y zapatos. Había fruncido el ceño ante bolsitos diminutos de todas las formas posibles y soportado que una señora muy seria le tomase las medidas para el sujetador.
Ahora estaba en la peluquería, con el pelo envuelto en papel de plata, esperando que se le secasen las uñas.
Cuando por fin terminaron con las compras había sido un alivio llegar al salón de belleza porque al menos allí podía sentarse.
Cameron apareció con un vaso de agua mineral y un plato de fruta y queso.
—¿Cansada? —le preguntó.
—Más que cansada. No había comprado tantas cosas en toda mi vida.
—La gente subestima la energía que hace falta para ir de compras —sonrió él, sentándose a su lado—. Hacerlo bien requiere mucho esfuerzo.
—Aparentemente.
Aunque a ella le había parecido que todos los vestidos le quedaban bien, Cameron había insistido en que las costureras los metieran de aquí y allá para que quedasen «perfectos».
Y también le dio un papel con la lista de los vestidos y trajes, seguida de la de los zapatos y bolsos que combinaban con cada uno. ______ soltó una carcajada.
—Debes pensar que soy tonta. Aunque la verdad es que no sé si podría recordar todo esto.
—Estar estupenda no es fácil. Por eso los estilistas ganamos tanto dinero.
—¿Eres famoso?
Cameron sonrió modestamente.
—En mi mundo, sí. Tengo algunos clientes muy conocidos y varios empresarios como Justin que quieren que mantenga sus vestidores a la moda sin ser demasiado llamativos. Aunque a Justin le da igual la ropa, es un hombre muy normal.
—¿Cómo os conocisteis?
—Éramos compañeros de facultad. Dormíamos en la misma habitación.
Si Justin hubiera estado bebiendo agua en ese momento se habría atragantado.
—¿En serio?
—Sí, lo sé, resulta un poco raro. Pero por lo menos nunca queríamos ligar con la misma persona —rió Cameron—. Entonces yo estudiaba Historia del Arte, pero un año después me di cuenta de que lo mío era la moda, así que me marché a Nueva York e intenté ganarme la vida como diseñador —añadió, con un suspiro—. Pero no tengo paciencia para crear y hay que coser tanto… no, definitivamente no es lo mío. Empecé a trabajar como comprador personal en unos grandes almacenes y poco después me dedicaba sólo a los clientes más exclusivos. El resto, como suele decirse, es historia.
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Seducida por un millonario(Justin y tu) (Adaptada)
Teen FictionSєducιdα pσr єl mιllσnαrισ Empresario se carga a la competencia. Justin Bieber de nuevo machaca a la competencia. El conocido empresario termina el año con dos adquisiciones más: una pequeña empresa europea de transporte por carretera y una lucrati...