Capítulo Once {Capitulo Final}
Justin no se había emborrachado en muchos años. Probablemente desde la universidad, cuando era joven y estupιdo. Ahora era mayor, pero aparentemente igual de estupιdo.
No había aparecido por la oficina en los últimos días y tampoco se había molestado en ir a ninguna fiesta. Las había hecho en casa, solo.
Ahora, con resaca, deshidratado y sintiéndose como si hubiera estado muerto durante un mes, se obligó a sí mismo a ducharse y vestirse antes de ir a la cocina para hacerse un café.
Le habían hecho daño muchas veces. Sus primeras tres peleas habían sido un desastre, apenas había podido dar un ****azo. Su entrenador le había dicho entonces que se dedicara a otro deporte, tal vez el béisbol, donde lo único que podía golpearlo era la bola. Pero él no se había rendido y, cuando terminó el instituto, media docena de universidades le ofrecían una beca deportiva.
Hacerse cargo del negocio familiar no había sido fácil. Había metido la pata mil veces, había perdido oportunidades debido a su juventud y su inexperiencia. Sin embargo, había perseverado y ahora lo tenía todo. Pero nada en la vida lo había preparado para perder a _______.
Sus palabras parecían perseguirlo:
«El hombre al que yo quiero puede ver en mi corazón y sabe quién soy. Y ese hombre no eres tú».
Habría preferido que sacase una pistola y le pegase un tiro; la recuperación hubiera sido más fácil. O, al menos, más rápida.
Pero se decía a sí mismo que lo importante era que se había marchado. Había desaparecido de su vida. Decirle que lo amaba sólo añadía un poco de drama a la despedida…
El problema era que no podía creerlo, _______ no era así.
En ese momento sonó el timbre y Justin cerró los ojos, llevándose las manos a la cabeza mientras recorría el pasillo para llegar a la puerta. Y cuando abrió, Selena estaba al otro lado.
—Esto es para ti —le dijo, entregándole una cajita—. El conserje me ha pedido que te la diera —añadió, entrando en el vestíbulo y mirando alrededor—. Es muy bonito, Justin. Pero me hubiera gustado que conservaras el antiguo apartamento… había tanto espacio. ¿Cómo estás? Pareces muy pálido.
Justin había reconocido la letra de ______ en el paquete. Pero, por mucho que quisiera abrirlo, no pensaba hacerlo hasta que estuviera solo, de modo que lo dejó sobre la mesa mientras iba a la cocina a tomar un café.
Selena iba vestida de blanco. Desde las botas de ante al jersey, era la viva imagen de la elegancia y la sofisticación. Sabía cómo llevar la ropa, desde luego. Y quitársela para quien estuviera interesado.
—¿Por qué has venido? —le preguntó.
—Quería hablar contigo, Justin. Sobre nosotros. Lo dije de corazón, sigo enamorada de ti y quiero una segunda oportunidad.
Él la miró de arriba abajo. Seguía siendo la reina de hielo que había sido siempre. Y una vez eso era todo lo que él había querido.
—¿Y si te dijera que deseo tener hijos? Selena nunca había querido tener hijos. Era una complicación y, además, no quería estropear su figura.
—¿Hijos? Sí, claro —dijo ella—. Y un perro. No se pueden tener hijos sin tener un perro. Así aprenden a ser responsables.
—¿Los niños o el perro? —se burló Justin—. No, da igual, déjalo. ¿Lo dices en serio?
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Seducida por un millonario(Justin y tu) (Adaptada)
Teen FictionSєducιdα pσr єl mιllσnαrισ Empresario se carga a la competencia. Justin Bieber de nuevo machaca a la competencia. El conocido empresario termina el año con dos adquisiciones más: una pequeña empresa europea de transporte por carretera y una lucrati...