La noche de estrellas

23 3 1
                                    

Empiezo mi rutina de todas las noches. Visitar a guapas chicas. Deben saber que no soy cualquier mujeriego que va de casa en casa. Bueno creo que sí lo soy, pero ese no es el punto. Puede que me reconozcan como un chico joven, apuesto y atractivo claro, que se posó en la ventana de una chica llamada Wendy.

Creo que ya atinaron. Sí, soy Peter Pan.

Mi rutina trata mas o menos de esto. Besar a bellas mujeres dormidas sin que estas lo noten  y disfrutar de eso. Lo siento si no soy ese sujeto que aparece en las películas. Un niño huérfano que vive en el país del nunca jamas. Hay por favor, todo aquello es falso.

Simplemente soy una persona con alma eterna y un par de dones para volar.

Hoy me toca volar por la misma calle que pase hace unos cincuenta años: la casa de Wendy. Claro sé que ella ya no pertenece a este mundo, pero quiero visitar a sus nietas. Si es que tiene.

Llego a esa melancólica casa con paredes blancas y ventanas bordeadas de plata. Lugar en que una vez fui feliz y pude disfrutar la vida.

No es hora de ponerse triste- me digo

Entro por la ventana y me encuentra con la misma cama de antaño. Una chica duerme plácidamente forrada de un grueso edredón. Debe ser por el frío.

Me acerco a ella cuidadosamente sin hacer ruido alguno. Para mi mala suerte tropiezo con uno de sus zapatos. Hay tanta oscuridad que no puedo ver casi nada. Pongo mis manos frente mío para levantarme y alzo mi cabeza, entonces veo esos dulces ojos. La chica está despierta y su cara está pintada de miedo. No la culpo porque quién no se asusta al despertar en medio de la noche y ver a una persona desconocida en su habitación.

-Hola.- digo mirándo a esos bellos ojos.- No sabía que estabas despierta.

La chica pone una cara de enojo y me tira una de sus almohadas. – ¡Vete ladrón!¡Fuera! – me sigue tirando más y más. No tengo ni la menor idea de donde las saca.

Su pelo esta muy desordenado y lleva una pijama de ositos. Nota que la estoy observando y deja de tirarme su misiles de plumas.

Pero lo que veo a continuación me deja sin habla. La chica se sonroja monstruosamente y se tapa la cara con sus manos. Esa reacción me parecio tan tierna que me acerco mas a ella, pero retrocede.

-¿Cuál es tu nombre? – pregunta.

"Soy Peter Pan y te guiaré al País del Nunca Jamás".

Stories for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora