Estaba inquieto en mi cama, dando vueltas enredandome en la sábana, a pesar de haber comido sentía aún un vacío que no me dejaba tranquilo.
No resistí más y me levanté de la cama, tomé unas prendas de vestir del closet, para ser más exactos unos jeans de mezclilla y una camisa oscura, me vestí y caminé hacía el espejo donde sólo alborote mi cabello para dar una apariencia de rebeldía. Los primeros botones de mi camisa quedaron desabrochados a propósito, para terminar un toque de loción y estaba listo, salí de mi departamento hasta el estacionamiento donde estaba mi moto, arranque y salí a toda velocidad rasgando el pavimento hasta llegar al centro de la ciudad. Cerca del central Park se había abierto un antro, según decían esa noche era su inauguración. Estacione la moto frente al lugar para observar, dos tipos corpulentos custodiaban la entrada revisando a todo aquel que pasara al lugar.
Busqué un sitio para guardar la moto, después de hacerlo me acerqué a la entrada y usando mi habilidad pase inadvertido ante los guardias, al estar dentro sonreí triunfante, esta noche era para hacer maldades, y no pensaba abstenerme de hacerlas, era la noche del demonio.
En el centro del lugar había una pequeña pista iluminada por luces de neón, parejas y chicos solos bailaban al ritmo de la música de moda. Chasquee los dedos y un hombre trajo a mi una copa, di un pequeño sorbo y enseguida me uní con los demás bailando con sensualidad, sin necesidad de mi hechizo fui acaparando la atención de todos los que bailaban, chicos y chicas disputaban mi atención, pero sólo fijé la vista en uno solo. Un joven apuesto alto aunque no más que yo, mirada seductora con un toque de arrogancia en esos hermosos ojos grises, cabello lacio y negro tez blanca y cuerpo perfecto yo diría que era todo un adonis. Fumaba un cigarrillo y cada que daba una calada me seducia con su mirada, yo hacía lo mismo en cada movimiento sensual al bailar y en cada sorbo a mi copa no dejaba de mirar esos ojos seductores, mi cuerpo se movía con elegancia en cada paso que daba aproximandome al chico.
Al llegar frente a el me pegué lo suficiente a su cuerpo y soltó el humo del cigarro en mi rostro quitando la copa de mi mano tomó de ella para al final relamer sus labios sin dejar esa mirada provocadora.
No hubo tantas palabras, solo un hola y en cuestión de minutos estábamos en el baño de hombres, devorandonos los labios nuestras lenguas se enredaron lamiendose entre sí, nuestras manos viajaban tocando nuestros cuerpos mientras el calor iba en aumento desabroche su camisa para tocar esa piel bronceada que incitaba a morder, incliné mi cabeza hundiendo mi rostro en su cuello, el cual besé y mordisquee dejando notables marcas sobre su piel, sin más su mano tocó mi falo abultado por encima de mi jeans y con rapidez lo liberó abriendo mi ziper. Soltó mi boca y bajó por mi cuello besando cada parte de él y de mis pectorales me dejé hacer hundiendo mi abdomen sin dejar de seguirlo con la mirada hasta que terminó arrodillado ante mi engullendo mi falo chupando y succionando, jadee tomando de su cabello mientras empezaba un vaivén de cadera follando su boca mientras lamia mis propios labios. Así duró unos minutos mamando pedía que lo llenara, que lo alimentara, pero lo que el no sabía que estaba con un demonio no con un simple mortal el cual se corre a los pocos minutos.
Le guiñe recargandolo en la puerta donde después de descubrir su torso incliné mi rostro para apoderarme de sus tetillas lamiendo estas para después succionar haciendo leves heridas en ambas sin que lo sintiera ni lo notase para lamer la sangre que brotaba de ellas, el chico estaba tan excitado que no reparó en lo que hacía y solo gemia con los ojos cerrados bajé repartiendo besos y mordiscos por su abdomen hasta abrir su ziper con mis dientes dejando una mordida en su falo por encima de su bóxer. Enseguida lo giré empotrandolo contra la pared besando esa espalda y esos hombros mientras arrancaba su bóxer y acomodaba mi falo en medio de sus nalgas solo frotando estas y también su entrada anal.
No podía más, ambos lo deseábamos y después de frotarlo un poco lo hundi en el, aaah que delicia su coñito estaba cerradito, apretaba mi falo haciéndome estremecer en cada embestida, sus gemidos era altos y arañaba la puerta parando más sus nalgas abriendo más sus piernas suplicando que no parara, lo cual disfruté tanto, sin salirme de el lo incliné más hacia el frente para tener mayor libertad, pellizque esas nalgas duras y redondas y di unas fuertes nalgadas que lo hicieron gritar de placer, me incliné sobre su espalda deslizando mis manos para tomar su falo con mi mano derecha y mansturbarlo mientras con la otra frotaba sus tetillas.
Fueron varios minutos embistiendo con rudeza hasta que sentí como se corría en mi mano.
Me separe retirando mi falo e hice que se arrodillara nuevamente, sabía bien lo que le tocaba hacer, así que sonriendo con ese toque perverso y sensual abrió su boca tomando mi falo el cual mansturbo hasta que me corrí en su boca mientras el tragaba mis fluidos manchando sus labios, volvió a sonreír lamiendo la cabeza de mi sexo enredandola con su lengua para después dar golpes con ella dejando limpio mi falo.
Me miró aún con lujuria en sus ojos y se levantó acercando su boca a la mía para después lamer mis labios abriéndose paso con su lengua dentro de mi boca, la cuál acepté con lascivia.
Estaba tan excitado aún que no imaginó que esa sería su última noche en el mundo de los vivos, de un golpe hundi mi puño en su pecho y le arranque el corazón para después devorarlo, saboreando hasta el último trozo del mismo.
Su cuerpo calló al piso inerte con los ojos abiertos.
Extendí mis brazos hacía los lados ligeramente satisfecho, una carcajada siniestra retumbó las paredes del baño, arreglé mis ropas y miré por última vez ese cuerpo que tanto placer me había causado cerré su herida para no dejar huella alguna y lo vestí nuevamente para después dejarlo sentado en el taza del baño.
Parecía que dormía, con profundo cinismo y maldad besé sus labios fríos con profunda pasión a la vez que cerraba sus ojos y salí de ahí de la misma forma que entré, sin que nadie lo notara.
La noche era joven aún, la luna llena brillaba en el firmamento como si con ello me hiciera reverencia. .
Subi a mi moto puse mis audífonos y parti de ahí a toda velocidad mientras escuchaba a todo volumen Michael Jackson. El viento golpeaba mi rostro alborotando más mi cabello, el demonio aún estaba hambriento y otro corazón esperaba ansioso en algún lugar.
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Placeres de Lestat
FanfictionA lo largo de mi inmortalidad, he tenido muchas vivencias, mujeres de la alta aristocracia y jóvenes doncellas, también uno que otro mozo de belleza diabólica y angelical han pasado por mi vida muchos han sobrevivido disfrutando del placer que produ...