Tormento de Placer

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Necesitaba un castigo, o tal vez era pretexto para hacerla suya

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Necesitaba un castigo, o tal vez era pretexto para hacerla suya.
El demonio tenía tiempo sin llevar a cabo su labor, tentar, seducir, follar.

La tomó de la cintura susurrando al oído palabras dulces y provocadoras entre besos que la hacían estremecer.

Sin más la giro sobre la cama levantando su diminuta falda, observando con detenimiento ese trasero pequeño y bien formado. Dio un par de nalgadas fuertes haciendo que sus dedos marcaran la nívea piel de su cuerpo.

Sin darle tregua se inclinó para lamer su sexo anal mientras sus dedos presionaban sus nalgas separándolas para mayor libertad
.
Ella se estremeció expresando un gemido alto que hacía eco entre las cuatro paredes de la habitación excitada por la forma en que la lengua de él la torturaba, dando justo en esas partes erógenas que la enloquecían.

El demonio sonreía complacido sabía bien como enloquecer a una mujer, su lengua fue descendiendo hasta su vagina urgando en ella dando ligeros mordiscos a su clíctoris.
Ella gritaba y gemía estremeciéndose de placer, pedía más y más.

El demonio la miró con perversión mientras sus labios curveaban una sonrisa siniestra, tomó su falo y lo introdujo de golpe dentro de ella para empezar un vaivén de lujuria y pasión que culminaría en un torrente de emociones perversas entre gemidos y gritos de placer...

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