EN TUS OJOS - Ambar Smith

Capítulo 12: Rojo, el Color del Pecado. [Celos] #4CapítulosParaLaFinal

Pensamiento de Ámbar:

Tres días después, había ido constantemente al Roller. La presencia de mi madre contaminaba mi ambiente, pero lo que aún no entendía es porque tuvo que venir. Se supone que ella se encargaría de todo eso junto a mi padre, mi madrina solo arreglaba unos contratos en Argentina y México.

El comportamiento de mi madre es muy raro, a veces es seria y a veces es como ese estereotipo de la rubia tonta. Felizmente que sus genes no me tocaron.

Simón insistió en recogerme para salir a cenar, nos encontraríamos afuera de la mansión. Hoy tenía un plan y nada iba a salir mal.

El servicio de la mansión me aviso que ya habían llegado por mí. Baje las escaleras con cuidado y salí del lugar.

-Hola Mason, ¿Estás listo? –

-Por ti, haría todo bebé...-

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-¿Tienes algo que decir en tu defensa?- dijo Simón, la adrenalina lo consumía, aunque trataba de controlarse.

- Solo fui de paseo Simón. Mason es un amigo que no veía hace unos años – decía con el cabello revoloteando en el aire.

- Sí, seguro...Los amigos se dicen "bebé" –Hablaba mientras miraba a Ámbar directo a los ojos y con un rostro rígido.

-Bueno... Simón, no es para molestarse. El solo me molestaba, somos amigos, ¡Sí! Un día fuimos novios pero eso ya termino. Ya no me gusta. – decía mientras sonreía muy calmada.

-¡¿Novios?!- gritó.

- ¡Cálmate Simón!¡Estamos en la calle!-

- ¡No me importa que estemos en la calle!- dijo alterado. Su rostro cada vez se enrojecía, apretaba sus dedos formando puños.

-No voy a hacer el ridículo aquí afuera, hablamos después. –Respondió firme.

Ámbar se dio la vuelta pero la mano derecha de Simón la detuvo para voltearla, la tomó de la cintura y la acerco a su pecho de una manera brusca y posesiva. La adrenalina desapareció, todo se tranquilizó. Todo se tranquilizó cuando esos cálidos labios de ambos rozaban de una manera muy dulce y lenta, la chica abrió los ojos sorprendida pero se dejó llevar por el momento.

Cuando se separaron solo se miraron, el chico la abrazó.

-Discúlpame por lo que te estuve diciendo, no mereces ser tratada así – dijo en el abrazo.

-Me besaste...-

-Te quiero – hubo un pequeño silencia. La chica no sabía cómo reaccionar a esto, si sabía que algún día ese "Te quiero" iba a salir de los labios de Simón pero seamos sinceros...los planes de Ámbar nunca llegan a funcionar. Ámbar trataba que todo esto funcione pero algo dentro de ella sentía que no iba a funcionar.

Ahora lo estaba logrando, enamorar completamente a Simón era su primer objetivo y lo había cumplido con éxito.

-Yo también – suspiró.

- Me puse muy celosos y como fue tu ex...-

- No te preocupes, no tengo ningún sentimiento por él...-

- Te creo, pero necesito que me digas que me perdonaste.-

- Te perdono y siempre lo haré, porque te quiero y te quiero conmigo.- dijo Ámbar con una sonrisa muy grande, se volvieron a besar terminando con la oscuridad de la noche. Bajo la luz de la luna.

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-¿Entonces? ¿Vienes?-

-¿Cómo no iría si vas a estar ahí? No me lo perdería por nada –

-Entonces te espero, no quiero que me dejes solita – dijo con una risilla.

-¡Hola chicos!- dijo una niña alegre en patines.

- Hola sweet, ¿te perdiste?- dijo la chica sentada en la banca de cemento del parque.

- ¿Qué? – se rio – Matteo te estuve llamando y no me contestabas-

Matteo se puso derecho – Lo siento Luna, está...hmm en silencio eso del sonido del celular, de mi celular...-

-A ya... ¿Quieres ir por un helado?-

- Matteo, ¿Quién es ella? ¿La conoces?- se acomodó el cabello lacio.

- Sí, soy su...- fue interrumpida por su novio.

- Es Luna, una gran patinadora...Luna te presento a Lena, Lena te presento a Luna...no se si lo dije, pero es una gran patinadora...- dijo algo nervioso.

- Wauu...Luna la patinadora, espero que les vaya bien y ya me voy a planificar la fiesta – se paró y le dio un beso en la mejilla a los dos forzadamente – ¡Hasta luego chicos! – Se fue caminando con una sonrisa.

-¿Una fiesta? ¿Iremos a una fiesta?- dijo Luna.

- ¿Yo? No...es una fiesta de esas que no valen la pena, no iré –

-¿No? ¡Vamos! Si es aburrida entonces nos vamos –

-Tampoco creo que tus padres te dejen, recuerda que eres muy niña...- Dijo Matteo mientras guardaba sus manos en los bolsillos apretados de su pantalón.

- Te quiero –

-Sí, yo también...-

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Pensamiento de Ámbar:

Si alguien me hubiese dicho que esto se pondría más difícil entonces lo hubiese dejado todo esto de lado. Esto está avanzado mucho y no sé si me gusta o no...

Acepto que me gusta que se preocupen por mí, Simón es muy bueno y no sé si esto sea bueno. No puedo echar para atrás, las cosas se están haciendo y las tengo que terminar. Vengarme de Luna siempre va estar en mi mente, pero utilizar a Simón...no sé.

No sé cómo salieron esas palabras de mi boca, ¿querer? Nunca me quisieron, bueno, yo nunca lo recibí. Tal vez Simón me quiere, en realidad sí me quiere, o sino no me hubiese hecho esa escenita de celos. Me quiere, pero yo no...

O no sé.

Ahora tengo que meterle ideas a mi nuevo novio sobre la mala influencia que Luna puede provocar.

Escucho un zumbido en mi escritorio, es mi teléfono. Aparece el nombre de Jazmín en la pantalla junto con un archivo adjunto, una foto. La abro.

¡OH POR DIOS! ¡Esto es real! No puedo creer lo que estoy viendo, al final de todo lo que dije de él fue verdad. Que algún día se iba a cansar de ella. Se suponía que yo iba a destruir a Luna, no que lo iba a hacer su propio novio.

Matteo besando a otra chica, una chica muy linda, rubia, con un vestido rojo.

Rojo, el color del pecado.

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