...y de alguna forma extraña empezamos a sentir mutuamente nuestros miembros inferiores. Yo dándole la espalda, sentía su respiración acelerada en mi oido, acabo de perder mi virginidad. ¿Es ridículo perder tu virginidad a los 23? ¿Y encima con un chico que acabas de conocer? Puede. Pero si es ahora cuando me he sentido preparada, no ha sido mi culpa. Y no me arrepiento de que haya sido con él, aunque lo acabe de conocer. Puede que me esté equivocando pero me inspira confianza; de todos modos, de los errores se aprende. Ahora no es momento para reflexionar. "Marcos, aunque parezca mentira, es mi primera vez. Ve un poco más despacio por favor. Siempre he querido que mi primera vez fuese bonita." le dije algo nerviosa inclinando la cabeza diagonalmente y mirando de reojo hacia su cara. "Tranquila, relájate cariño. Intentaré no hacerte daño, lo juro. Y será más bonita de lo que pensabas. Avísame si sucede lo contrario, ¿vale?" me dijo susurrandome al oído. Asentí cerrando los ojos fuertemente después de un movimiento brusco hacía mí de su parte. Todavía no sé si cerré los ojos de dolor o de placer. La bañera, no estaba muy llena, así que fácilmente, hizo que su cuerpo, inversamente, estuviese encima del mío, y que esta vez, nuestras miradas pudiesen cruzarse. Creo que el agua alivia la elevada temperatura de mi cuerpo, no estoy segura, es como algo irreal. Quiero que mi cabeza se centre el lo que estoy haciendo o que simplemente esté en blanco, pero no puedo. Me estoy volviendo loca. Intenta no hacerme daño, y creo que lo consigue. O eso, o el placer anestesia el dolor. Estoy confusa; pero creo que me gusta. "¡Adriana!" me dice haciendo que me dé cuenta de que acabo de arreguñarle la espalda. "Marcos, lo-lo siento, de verdad no era mi intención, joder siempre me pas..." le dije muy nerviosa. "Calla. Olvidalo anda. Disfruta." Me dice haciéndome llegar a la calma con unos besos en el cuello. Cierro los ojos e intento evadirme del mundo. "Marcos..., porfavor..." le dije, creo que algo dolorida. "Perdón" me dice dándose cuenta de que lo está haciendo demasiado rápido. A pesar de todo esto está siendo bonito. Bonito mientras duró. Unas manchas de sangre empezaron a teñir el agua de mi bañera de rojo. "No, porfavor...¿por qué a mí?" me llevo las manos a la cabeza. "No pasa nada Adriana, no te preocupes" me dice Marcos saliendo de la bañera y cojiendo una toalla para mí. "Ven, anda, sal. ¿Te encuentras bien?" me dice tranquila y atentamente. "Gracias Marcos. Sí, sí no te preocupes estoy bien." le dije aún algo preocupada por si le había molestado. Espero que no...creo que es algo natural que nos puede pasar a cualquiera. Acto seguido, besó mi mejilla y fue en busca de una toalla para cubrirse él. "En mi armario" le indiqué tiritando. La encontró e hizo que rodease su cintura. Se sacudió el pelo, y después empezó a vaciar la bañera. "Gracias" le dije todavía en medio del cuarto. Me miró y me sonrió. Se acercó a mí y me abrazó al ver que seguía tiritando. Pasaron unos minutos y me despegue de su cuerpo para cojer ropa interior limpia. Ya estábamos más relajados. Notaba como intentaba disimular que no le importaba.
Cojí una vieja camiseta de mi equipo de rugby del instituto. Estaba cómoda con ella. "Si quieres puedo dejarte algo" le dije sarcasticamente. "Oh si, que tal...¿unas shorts?" me miró siguiendome el juego. "Mucho destape para tanto invierno" le respondí sonriendo. Me respondió con sus preciosos ojos verdes y una sonrisa. "¿Dormirás conmigo hoy?" le dije abrazandole mientras se ponía la camiseta que llevaba debajo de la camisa. "Mañana tenemos que trabajar ¿sabes?" me dijo poniendo excusas. "Vamos anda, quédate. Trabajamos en el mismo sitio. ¿Tan rápido te quieres librar de mí?" le dije robandole un beso al acabar la frase. "Bueno, si insistes" me devolvió otro beso. "Te espero en el salón. ¿Café?" me dirigí alegremente hacia él. "Por favor y gracias, señorita" me respondió manteniendo su cortesía.
Capítulo 6.