13. Londres

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Fueron las 13 horas más largas de toda su vida. Louis mira a una mujer bajar con un bebé en brazos y jura que no lo tenía cuando subieron al avión.

Probablemente pasaron 9 meses en el aire.

Cambia su celular de oído, mientras acomoda su bolso y sale del vehículo.

— ... así que debemos invitar a Niall y a Zayn unas cervezas — le resume a Harry.

— Y a Liam.

Louis hace una mueca.

— Realmente no creo que debamos incluir a Liam, no fue gran partícipe de nuestra historia de amor.

— Si no fuera por su fiesta no te hubieras emborrachado y aún seguiríamos siendo igual de cobardes — le replica.

— El imbécil también me puso una bufanda de plumas y me grabó bailando It's Raining Men sobre una mesa. Se merece ser excluido de la celebración.

— De acuerdo, pero aun así le pediré ese video.

— Eres insufrible — resopla en el micrófono del celular.

— Me amaaaas — le canturrea Harry.

— Ajá — el castaño rueda los ojos, con una sonrisa —. Okay, entré al aeropuerto ¿dónde estás?

— Estoy llegando, ¿ya me ves?

Louis mira a su alrededor, poniéndose en puntas de pie en un intento inútil de encontrar al rizado.

— No.

— Tengo una camisa a cuadros roja, la misma que tenía cuando nos conocimos.

El ojiazul resopla una risa, cabeceando entre las personas que van y vienen a su alrededor.

— ¿Tratando de ser romántico, Styles?

— ¿Funcionó?

Louis casi puede ver la sonrisa presumida en su rostro, excepto que sus ojos chocan con Harry y sí, está sonriendo de lado, mostrando un hoyuelo.

— Tal vez — imita su expresión, con aires de misterio.

En ese instante, Harry voltea y lo encuentra. Alzando una ceja, camina hacia él.

— Tendré que impresionarte, ¿verdad?

— Mhm.

El rizado se mueve cada vez más rápido, bajando el celular de su oído. Louis empieza a caminar en su dirección cuando él ya está corriendo, y solo llega hacer un par de metros antes de tirar su bolso al suelo al tiempo que los brazos de Harry rodean su cintura.

Lo abraza en respuesta, enterrando su sonrisa en el hueco de su cuello. Suelta un gritito cuando siente que sus pies dejan de tocar el suelo, riendo y aferrándose a los hombros del rizado cuando éste lo mece por los aires por unos segundos antes de bajarlo.

Louis se aparta un poco, aun riendo, las arrugas de sus ojos visibles. Harry no le da tiempo a responder; lleva una de sus manos a su mejilla y lo atrae en un beso.

El ojiazul se funde en él, acariciando la piel del más alto con sus pulgares, tirando de la parte posterior de su cuello para profundizar el beso. Harry deja que su mano se deslice por el cabello castaño mientras mantiene la otra en su cintura, moviendo sus labios con un ansia que no deja de ser dulce y paciente.

En algún punto, uno de los dos comienza a sonreír, contagiando al otro y rompiendo el beso.

Cuando Louis abre los ojos, los infinitamente verdes de Harry están a centímetros de distancia, mirándolo con tanto amor que siente que pueden observar directamente a través de él y ver el sentimiento reflejado en los suyos azules.

El mayor lo mira de arriba a abajo en un segundo, sin perder la sonrisa.

— ¿Sin flores?

— Claro que no — Harry finge ofensa exagerada, pero no se aleja ni un milímetro—. Hay un chofer con globos y flores esperándote afuera.

— ¿Y bombones? —lo mira expectante.

El rizado maldice entre dientes, sin contener una sonrisa por más tiempo. — Demonios, sabía que olvidaba algo.

Louis niega, porque está enamorado de un imbécil, pero al menos es algo que tienen en común.

— Solo bésame, idiota.

***

Más tarde, cuando están en su camino fuera del aeropuerto, tomados de las manos y disfrutando de la presencia del otro con miradas furtivas, Harry se detiene frente a una tienda de regalos y obliga a Louis a que entre con él.

Ambos miran los distintos objetos y se deciden por un simple imán de refrigerador de una cabina telefónica, porque Louis insiste en que le ha comprado de todo menos el típico souvenir, asique es noble cerrar con un clásico.

Pagan el regalo y salen del local con una sonrisa en sus rostros.

En un punto, cuando están afuera y la luz del atardecer ilumina la escena, el castaño saca su celular y tira de Harry hacia él con una sonrisa, tomando una foto.

Mirándola, Louis decide que tal vez, el mejor recuerdo de sus viajes es el chico con los rizos a su lado.

Souvenir || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora