— ¿Tienes todo?
— Sí.
— ¿Pasaportes?
— Ajá.
— ¿Protector solar?
— También.
— ¿El kit de primeros auxilios?
Louis rueda los ojos.
— Si, mamá.
El rizado niega, arrastrando una maleta por el piso del aeropuerto.
— Solo me aseguro. Tienes muchas alergias.
— Sólo al pimiento — le corrige, a lo que Harry bufa entre apenado y molesto.
— Podrías habérmelo dicho antes de que cocinara la cena.
Louis ríe ante la cara infantil que pone su novio, extendiendo su mano para tomar la suya mientras continúan su camino.
— Aun así fue romántico y dulce, amor.
Él le devuelve la sonrisa, aunque alzándose de hombros. — Podría haber salido mejor.
Es diciembre, y ambos están en camino a un vuelo con destino a París.
Fue idea de Harry, como un regalo adelantado de cumpleaños, que ambos tomaran unas pequeñas vacaciones ahora que tienen unos días libres del trabajo. Es la semana anterior a Navidad, y han estado sufriendo heladas por lo que la escuela en la que ahora trabaja Louis ha cancelado los entrenamientos, dejándole la semana libre.
Louis es feliz con su empleo, más de lo que era antes. Siempre le gustó trabajar con niños, y el futbol es una de sus pasiones desde que tiene memoria, asique, con un pequeño empujón de Harry, se inscribió en el profesorado de Educación Física y está trabajando como entrenador ayudante.
Piensa que algún día le gustaría ser tutor de su propia clase, y el rizado está convencido de que ni bien acabe sus estudios lo tendrá y será el profesor favorito. Louis siempre le sonríe con cariño, sintiéndose afortunado de tener a su lado a alguien que lo apoye.
Pasan por seguridad, y ya está pensando en que lo primero en su lista es llevar a Harry a almorzar a ese restó al que fueron la última vez. Quizá luego den un paseo por el Champ-Elysees, o visiten la torre Eiffel.
Un bostezo se escapa de sus labios en ese instante. Tal vez lo primero que haga es dormir y luego ponga en marcha su plan maestro.
La idea es quedarse hasta el viernes, entonces pueden partir el día anterior a Nochebuena para visitar a los padres de Harry, y al día siguiente conducir a Doncaster para ver a los Tomlinson-Deakin.
Louis piensa en como su familia aceptó enseguida al chico, y en como su madre le agradeció por traer a un Louis más feliz a casa cuando lo abrazó la última vez que la visitaron. Harry le dijo luego que él y su madre tenían la misma sonrisa, y que es realmente bonito verlas juntas. Louis no quiere ponerse demasiado emotivo y llorar por ver a su madre más seguido después de tanto tiempo, por lo que sólo le recuerda a Harry como las gemelas lo secuestraron para trenzar su cabello, pero entonces el menor trae la memoria de Gemma ganándole a Louis en FIFA asique la discusión se disuelve en excusas y acusaciones de trampa.
Están atravesando el pasillo en busca de sus asientos cuando el castaño oye una voz familiar llamar su nombre.
— ¡Louis!
Al voltear, se encuentra con las figuras de Olly y Eleanor, caminando sonrientes en su dirección.
— Hola chicos— les devuelve el gesto, deteniéndose y tirando de la mano de Harry.
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Souvenir || l.s
أدب الهواةMira el souvenir por unos instantes antes de tendérselo de nuevo. - Quédatelo. - ¿Qué? - Quédatelo, Louis - Pero es tuyo. Harry se alza de hombros. - Dijiste que nunca visitas los lugares a los que viajas. Yo digo que al meno...