El príncipe de Bielefeld - Capítulo 4

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El salón anterior al comedor era enorme, un gran pasillo alargado con plantas a los lados y gran variedad de cuadros y adornos. Todo en ese lugar era ostentoso.

A cada lado de la alfombra que marcaba el camino hacia la puerta había una interminable fila de personas. Apenas puso un pie dentro del lugar ellos se movieron hacia adelante en una reverencia que le recordó a la ola que se hace en un estadio durante un partido. Había sirvientas, mayordomos, cocineros y cocineras, y otras personas sin uniformes que no podía adivinar a que se encargaban.

Yuuri se sentía un poco incómodo con este recibimiento. "En el castillo de Gwen fue diferente", allí no lo habían recibido así porque en realidad a Gwendal no le importaba la presencia del rey."Supongo que es distinto según la familia, Wolf y su tío son más estrictos con estas cosas. Tengo que comportarme bien para que no se molesten conmigo". No termino de pensar cual sería la actitud correcta cuando ya se había inclinado un poco en una pequeña reverencia que abortó de inmediato. Pero Waltorana lo había notado, sus ojos azules estaban posados en él. "Mierda, ¡no tengo que agachar la cabeza cuando los sirvientes lo hacen!".

—Él siempre hace eso, es una costumbre de su mundo. A veces incluso es peor que eso, pero estoy tratando de corregirlo.

Wolfram interrumpió, había sido bueno que le ahorrara las explicaciones. Con un poco de rubor en las mejillas avanzó por el pasillo hasta el salón comedor seguido por ambos hombres de cabellos dorados.

La mesa donde se había sentado era similar a la de siempre, larga como para ser imposible oír lo que diría una persona sentada al otro extremo, y más vacía de lo que la cantidad de asientos ofrecían, porque sus personas cercanas eran pocas. Pero la ubicación de la gente había cambiado.

Su lugar era a la cabeza como siempre, aunque pensándolo bien Yuuri notó que este debía ser el lugar que Waltorana utilizaba siempre. "Me pregunto si estará molesto por eso", aun no conocía demasiado a ese hombre como para saber si tendría rencores por ser desplazado. No podía leer sus expresiones, y no creía que compararlo con Wolf sirviera de algo para entenderlo.

A su derecha estaba Wolfram, pero a su izquierda estaba Waltorana en vez de Conrart, el cual no se había sentado en el asiento contiguo sino al lado de su hermano menor. Junto a Waltorana estaba Cecilie, a la cual veía por primera vez desde que llegó, y en los asientos contiguos Günter y Anissina. Del lado contrario junto a Conrart estaba Gwendal, claramente manteniendo distancia de la inventora, pero más calmado que de costumbre. "No tiene arrugas en su frente, que raro".

Como realmente no sabía de qué hablar, Yuuri dejo continuar el silencio y tomó un bocado de su comida, la carne de res estaba cubierta por una salsa espesa de color blanquecino con especias. Llevó el tenedor a su boca y se quedó helado, tenía la comida sobre la lengua tras apenas masticarla. ¡Ese sabor! Apretó los labios y se quedó mirando el plato, quería escupirlo en la servilleta o algo, ¡peor no podía! Junto valor y se lo tragó entero, tomando un sorbo de agua para terminar de pasarlo. No podía rechazar la comida, pero realmente odiaba lo que le habían puesto a esa salsa, ¿sería descortés rasparla a un lado con el cuchillo? Pensó que si, Waltorana parecía un tipo puntilloso y lo notaria, seguramente seria alguna clase de ofensa hacer eso. Cortó varias piezas bastante pequeñas y las fue comiendo una a una en silencio, esforzándose por no sentir demasiado el sabor.

Wolfram notó que Yuuri estaba haciendo caras mientras comía, era sutil, pero para alguien que lo conociera bien era muy evidente. Había algo que no le gustaba, pero el idiota no lo había dicho. Era algo lindo que fuera tan amable, y sabía que aunque el Maou lo encontraba difícil se había intentado mantener correcto durante las presentaciones, o situaciones más rígidas de etiqueta. Levantó la mano y llamó al sirviente más cercano que vino de inmediato.

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