Enero 5/5

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Me están asfixiando, siento un brazo aplastarme el pecho y si que duele.

-¿Pero qué hacen?- vuelvo a decir, fingiendo estar enojada, esto es tierno pero a la vez molesto.

Estoy siendo aplastada por mi mejor amiga y mi hermano, son como dos elefantes gigantes aplastandome, todavía no entiendo como entramos en esta camita.
Veo que ninguno de los dos siquiera se mosquea por mi grito, hasta que decido usar la fuerza.

Intento una y otra vez quitármelos de encima, pero mis esfuerzos son en vano.

Es gracioso, somos una grán y molesta familia y, yo pagaría por qué una grúa me los saque de encima.
Solo queda recurrir a una cosa, ellos tienen un instinto muy sobreprotector así que empiezo a llorar con todas mis fuerzas.

-Estás bien?- dice mi hermano notablemente preocupado.

-Qué pasó chiquita mocosa?- y esa fue mi mejor amiga.

-Ah, si...esto...quería que se despierten.- contesté- Aunque sé que estaban despiertos.

Mi hermano y Lari abren los ojos de par en par y susurran algo que no llego a entender.

En menos de un segundo ya me encuentro atrapada en un tornado de cosquillas producidas por estos individuos.

-Ya...ya...ya basta, por favor.

Como veo que el plan A no funciona, decido pasar al plan B.

Tomo aire lo más profundo que puedo y cierro los ojos, no emito sonido. Diame y él al ver esto dejan de matarme a cosquillas y se ponen a samarrearme de un lado a otro.

-Se la creyeron- digo con tono burlón, me tendría que llamar "La reina de la simulación"

Ambos sueltan un suspiro y una carcajada.

-Ahora, exijo una explicación de por qué estaban haciéndome un sándwich.

Los dos se miraron y sonrieron.

-Es que te habíamos extrañado mucho, y solo llegamos 5 minutos antes de que despiertes.

-Y quisimos pasar algo más de tiempo contigo su alteza simio, o disculpa, hermanita.

-Bueno, ahora si me disculpan...Me debo cambiar- digo cambiando de tema rápido.

Los dos salieron rápidamente del cuarto.

-Bueno linda, hoy es como un primer día de clases.-me digo a mi misma mirándome en el espejo.

Todavía no sale de mi cabeza esa extraña escena con la que me encontré cuando desperté, mi madre llorando y diciendo muchas cosas que aún no llego a entender, Jason en el hospital llorando también y queriendo hablar conmigo sobre algo supongo que muy importante y la extraña sensación que siento desde que desperté de ser más fuerte y distinta.

Me puse el uniforme y bajé a desayunar, extrañaba estar en casa con la tranquilidad de una comida en familia...a quien quiero engañar, todo es un lío, tostadas volando de un lado a otro, mi mamá gritando y mi hermano molestando, papá y yo éramos los más normales de la familia.

Diame estaba peleando con mi hermano, parecen niños de dos años. Ya se hace tarde, seria mejor ir hacía el insti.

-Chicos, vamos que vamos tarde.- los apuro, amo la puntualidad
-Ufff un día mas en el manicomio.- agregó Diame.

Llegamos al instituto e inmediatamente recuerdo lo cómodo que es este lugar.

-Tengo física. ¿Y tú?- pregunto a Diame
-No, geología- contesta.

Nos despedimos y me dirijo hacia el salón de clases. Camino y pienso en nada, por lo menos ahora tendría la cabeza ocupada.

Siento pasos detrás mío y apuro el paso, no quiero toparme con Dante.
Para mi sorpresa, cuando esa persona pasa a mí lado me doy cuenta de que es Luca.

Si bien mi primera impresión sobre el no fue buena, tampoco me gustaba ser perjuiciosa.
Me limito a caminar en silencio a su lado, él no dijo palabra...pero andaba a la par mía.

Y así fue durante las próximas 2 semanas. Siempre fue verlo y sonreirle, pero nunca una palabra.

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Ya casi termina el mes. Debo admitir que después de lo de la escena del hospital, mamá no volvió a sacar el tema del que quería hablar.
En cuanto a Luca, él parecía amigable. Nada parecido a la primera vez en que lo había visto. Se mostraba como una persona responsable y poco problemática, si bien era reservado y poco charlatán. Pero supongo que así será su personalidad.

Estoy en matemáticas, con Ferchu. No estoy prestando atención a lo que explica, sino que estoy garabateando en mi cuaderno.
Si bien no era buena dibujando, las formas abstractas se me daban bien. Me detengo a observar mi creación, nada mal... aunque tampoco está lindo.

-Yo le agregaría color- oigo que dicen a mi lado. Cuando levanto la vista, me encuentro con un hermoso rostro que esboza una sonrisa de oreja a oreja y no puedo evitar sonreír, era Luca.

-Solo me hace falta saber pintar- respondí riendo. Era la primera vez en semanas que hablamos.

-Yo sé algo, si quieres te ayudo, pásame un color- pide, y le paso un lápiz color rojo intenso y se sienta a mi lado para colorear el dibujo.

En verdad sí se le da bien, no colorea todo. Solo se limita a sombrear y rellenar algunas formas. Miro su cara de concentración y sus facciones se me hacen familiares.

-Listo- me dice mientras deja el dibujo en la mesa- Toma...¿Te gusta?
-Wow...de verdad sí quedó bien, y yo que no tenía fe en ti.- comento mientras miro con admiración la obra de arte en la que se había convertido mi dibujo.

Solo se limita a sonreír y saludar con una mano mientras sale del salón, quizás podría llevarme bien con él.

Lo sigo por los pasillos hasta los casilleros, caminando en silencio a su lado, como casi siempre.
Abre el suyo y yo el mío, que estaba casi al lado. Me rasco el cuello y me decido a decir algo.

-Mira- llamo su atención- sé que nuestra primer charla no fue muy agradable, pero... podríamos intentar llevarnos bien. ¿Qué te parece?- finalizo extendiendo mi mano hacia él.

-Me parece- contestó.- Gracias por hablar conmigo, como verás, me cuesta hacer amistades- la verdad no entiendo como todavía no había conocido a nadie, nunca lo veía hablando con alguien en los pasillos y almorzaba solo.

-Ya es la hora del almuerzo, ¿Quieres comer conmigo?- lo invito. No debe ser agradable comer solo.

-Emm, la verdad, tengo otras cosas que hacer. Pero mañana puedo, ¿te parece?- dice imitandome.

-Me parece- respondo intentando imitar fallidamente su voz. Cosa de la que me arrepiento al instante, ya que, me salió fatal.

Me alejo antes de que pueda burlarse de mi mala imitación y por más que no lo vea, se que está sonriendo a mis espaldas.

Un Rato Más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora