MI NOMBRE ES DARKNESS.

CAPÍTULO 8. Frustración.

Ahí estaba yo, sin nada que pensar, lo de matar personas era gratificante, sí, pero han pasado muchas cosas que no entiendo en muy poco tiempo, demasiadas señales a las que no les encuentro sentido, solo me quedaba esperar a ver si la vida, el destino, Dios, o quien esté ahí arriba controlando el chiringuito me daba respuestas, mientras tanto solo tenía en mente calmarme, fluir, a ver qué pasaba, porque la verdad, aunque me gustase la venganza, de verdad que era muy cansado tanto pensar, planear y demás y soy demasiado perezosa para eso.

Ya en mi casa, donde todo seguía también muy raro, vi a mi madre agarrar unas cosas de mi cuarto y meterlas en cajas.
Me quedé atónita, mi madre estaba guardando MIS COSAS sin MI PERMISO, le pregunté que por qué hacía eso, me puse toda loca, le gritaba y le pedía explicaciones pero me estaba ignorando, OYE YA, ¿¡ES UNA CONSPIRACIÓN CONTRA MI!? ¿¡POR QUÉ NADIE ME CONTESTA CUANDO HABLOOOOO!? Es impresionante que hasta mi propia madre me deje en "visto", pero bueno, después de un rato intentando saber que pasa, decido solo seguirla a ver si así me entero qué pasa, y sí, en efecto, se puso a hablar con mi padre de 'la nueva casa' y la escuché decir que ya iban a llegar los camiones de transporte para llevar las cajas al "nuevo hogar", cuando decidieron que iban a mudarse y ¿¡POR QUÉ YO NO ESTABA ENTERADA DE ESO!? Después recapacité, estos días lo único que he hecho ha sido planear matar gente y dormir, así que, sí, es posible que me haya perdido algunos detalles de las conversaciones en familia, después ya me calmo y decido ir a dar una vuelta mientras recogen el resto de las cosas, el resto de la gente se pondría a ayudar pero dado que no han tenido la delicadeza de contarme que nos cambiamos de casa, no creo que sea necesaria mi participación en el asunto, así que bye bye.
Cuando salgo veo que ya están fuera los camiones de transporte y le grité a mi madre que ya estaban ahí para que bajara las cajas y demás, y ¿sabéis? Es la primera vez que creo que alguien en estos días me oye y me hace caso porque bajó en seguida, o quizá era sólo que el loco del conductor no deja de pitar. Mierda... Me siento puto insignificante, ya nadie me hace caso, siento que no soy necesaria para nada...
Pero bueno, decido que de aquí en adelante voy a ocuparme más de mí que del resto, no es como si antes hiciese algo por los demás, ¿verdad? Pero aún así, ahora ni siquiera me iban a importar los sentimientos de la gente, DE NADIE.
En fin, me quedo viendo como suben cajas y ya cuando acaban entro para ver qué hablan y descubro que nos vamos a mudar a otra ciudad.. ¡A CHICAGO! ¿Íbamos a irnos a un sitio que está a 12 horas de aquí en coche? Yo no sé qué le pasaba por la mente a mi madre pensando que sería buena idea ir tan lejos, pero bueno, es la jefa, es la que manda, así que no se le puede decir nada. Ya acabamos de recoger todo y nos pusimos esa misma noche rumbo a Chicago... Me frustra no poder intervenir en las decisiones familiares pero bueno, está bien, a ver qué nueva vida hago allí, la vida es una caja de sorpresas, creo que suelen decir, así qué, está bien. Supongo.