Epilogo: Hermanos

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ROJO Y PERLA

Epilogo: Hermanos

Por Okashira Janet

-—Muchachos, no rompan la formación. -—Yamato carraspeó para hacerse escuchar entre los árboles. Naruto que lucía especialmente desaforado pasó completamente de hacerle caso.

-—Ya estamos llegando a Konoha, no hay por qué temer.

-—Los enemigos... -—Yamato abogó una débil defensa, pero la fría y autoritaria voz de Sasuke se escuchó a sus espaldas.

-—Los enemigos no se nos acercaran, no después de que hemos vencido a Akatsuki.

-—Somos los más geniales de por aquí, -—Naruto se pavoneó-—. ¿Cierto Sakura-chan?

-—No seas presumido Naruto. -—La joven de cabello rosa negó con la cabeza, pero luego su mirada verde admiró con alegría el camino que la llevaba de vuelta a Konoha, de regreso a su hogar. Volver a la aldea siempre era bueno, pero volver después de tres años de ausencia lo era aún mejor.

—Eh Sai, ¿verdad que somos los mejores? —Naruto volvió a insistir.

—Supongo... —El antiguo ANBU levantó una ceja como meditando acerca de la respuesta que debía dar-—. Supongo que si vencimos las fuerzas de Akatsuki que hasta estos momentos se consideraban las de mayor poderío no solo en el país del fuego si no en toda región que se jactara de tener presencia shinobi...

—Empiezas a hablar de manera tan extraña como Shino. -—El rubio rodó los ojos.

—Muchachos...—Derrotado Yamato soltó un cansado suspiro, él no era como Kakashi que podía lograr que los demás lo obedecieran con un simple movimiento de cabeza, para lograr que Naruto lo acatara tenía que asustarlo, para que Sai cumpliera las ordenes tenía que darle primero un discurso al más puro estilo Nazi, Sasuke nunca lo había escuchado y la única que a veces estaba de su parte era Sakura, pero ni siquiera ella era completamente leal en momentos de alta tensión en donde prefería seguir sus instintos.

—Bueno, al menos los voy a regresar a todos con vida. —El cansado capitán murmuró, empezaba a creer que ser ANBU era mil veces mejor que ser un guía de equipo, ahora entendía porque Shikamaru se la pasaba quejándose cuando le asignaban jefe de una misión.

—¡Konoha, Konoha!, ¡ramen, ramen! —Naruto guardó silencio después del último grito y cerrando los ojos sonrió de una manera especialmente feliz.

—Hyuuga, Hyuuga...—Sasuke soltó con fastidio.

—¿Quién dice que estoy pensando en ella? —El rubio se atragantó.

—Solo pones esa cara de estupido cuando piensas en ella. —El Uchiha lo observó sin rastro de emoción, realmente Naruto se arrepentía terriblemente de haberle confesado a su amigo la declaración de la chica, desde entonces era como si Sasuke hubiera ganado poder sobre él.

—¡Eso es mentira! —Levantó ufano la cabeza-—. Me halagó mucho que Hinata-chan haya pensado eso de mi, pero... -—Pese a sus esfuerzos sintió como se le calentaban las mejillas.

—¿Pero? Era frustrante ver aquellos ojos oscuros clavados en él.

—No es como si pudiera corresponderle... yo nunca estoy en la aldea, siempre estoy rodeado de peligro y...

—Y después de tres años sin contestación ella probablemente ya te olvido. —Tan directo como siempre Sasuke arqueó una ceja.

—¡Teme! —Naruto le lanzó un golpe, pero el Uchiha simplemente tuvo que moverse un poco para esquivarlo, a ser sincero le divertía un poco esas escenas que ya se habían borrado de su mente desde que se había unido a Orochimaru hace tantos años.

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