Live For Love.

Capítulo 28

-¡Buenos días! -dice Caleb entrando primero que los chicos, quienes venían detrás de el-

-¡Buenos días! -todos lo saludan-

-¿Como dormiste? -me pregunta Daniel al llegar a mi lado-

-No muy bien, casi no pude dormir.

-¿Estas muy cansada? -me pregunta agarrando mi mano y jugando con mis dedos-

Asiento con la cabeza.

-Pero no te preocupes -le digo sonriendo-

-Chicos, creo que sera mejor dejarlos descansar -dice la doctora al ver que Noah esta casi igual que yo.

Todos asienten y salen de la habitacion sin hacer drama alguno.

-Lamento lo de anoche -murmura Noah-

-No te preocupes, estabas dormido.

Noah me regala una sonrisa y se da vuelta para poder dormir, al igual que yo.

Cierro los ojos y caigo en un profundo sueño.

-Es hora de despertarla -escucho murmureos-

-Déjala, se ve muy cómoda y tranquila.

-Ya estoy despierta -susurro resfregandome los ojos-

-Buenas tardes -dicen los chicos riendo-

-Lamento que hayan tenido que irse, se que el hospital no queda cerca.

Los chicos me sonrien.

-No te preocupes -comienza Logan-

-Nos llamaron para grabar nuestra primera canción -dice Matt-

-Y pues, acabamos de llegar -termina Daniel.

-¡Eso es genial! -digo emocionada- ¿Cuando podre escucharla?

-Mañana estará completamente editada -dice Caleb sonriendo-

-Estoy tan orgullosa de ustedes chicos -digo como una madre-

-Aw.. -se escucha por parte de los chicos de The Tide y Noah.

-Esta sensible -dice Levi y se acerca a apretarme los cachetes-

-Eres un tonto -digo riendo-

Las risas se acaban cuando entran dos enfermeras.

-Chloe tiene quimioterapia.

-Noah tiene que realizarse una serie de exámenes.

Cada enfermera se coloca al costado de cada camilla y nos ayuda a bajar de la camilla.

-¿Alguien te acompañara? -me pregunta la enfermera-

Asiento.

Daniel sonríe.

-Yo la llevo -le dice a la enfermera y toma el mando de la silla de ruedas.

La enfermera asiente y comienza el camino a la habitacion.

-Suerte -dice Noah al pasar por mi lado-

Con Daniel llegamos a la sala de quimioterapia y me ayuda a subirme a la camilla, para luego sentarse en la silla que se encontraba a un lado de la camilla. La doctora llega pocos minutos después e inyecta la aguja en mi brazo, dando paso al tratamiento. Al principio, como siempre, todo estaba bien, pero seguido de esto, los efectos secundarios se hicieron presentes.

Luego de una hora, por fin retiraron las agujas de mis brazos. Una vez que con Daniel nos encontramos en la habitacion, nos damos cuenta de que no hay nadie.