Capítulo 1

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Un molesto ruido hizo que el castaño abriera los ojos de golpe. Se quedó unos momentos pensativo mientras terminaba de sacarse el sueño mientras que el ruidoso sonido seguía sonando de fondo. Cuando estuvo lo suficientemente despabilado para recordar que día era aquel, sonrió como nunca antes lo había hecho: con malicia en su mirada. Rápidamente se sentó en su cama y se dignó a contestar aquella llamada.

ya era hora —gruñó la tenebrosa y sombría voz al otro lado del teléfono, haciendo que escalofríos subieran por la espalda del oji-bordo—. ¿qué diablos estabas haciendo?

—¿Hasta ahora? —preguntó sin interés, escondiendo totalmente su miedo—. Durmiendo.

uh, perdón si te desperté, bello durmiente. —Él sólo bufó ante el infantil insulto— ¿todavía quieres nuestros servicios? —De repente, la voz cobró un tono serio, pero Leo no se quedó atrás.

—Si, desde medianoche hasta las tres de la madrugada.

ya lo sé, no debes repetirlo...¿cuántos muertos quieres que haya?

Suspiró:

—Ninguno.

diablos, no sé ni para que lo pregunto...

—Si no lo preguntaras, cuando sea muy tarde ya no les pagarán. —respondió a sus dudas con un tono sarcástico.

¡¡oh!!¡¡exacto!!

Unas terroríficas carcajadas se escucharon en toda la habitación, provenientes del dispositivo que era testigo de aquella extraña e incómoda conversación, mientras que Leo...bueno, el solamente quería terminar con la llamada lo más pronto posible. ¿Por qué diablos no quiso asustarlas con una película?

Luego de un rato, las risa por fin cesaron.

y dime, ¿aún quieres seguir con ésto?

—¿A qué te refieres?

Él sabía exactamente de lo que hablaba, pero decidió preguntar de todas maneras.

no te hagas el idiota: tú sabes perfectamente que luego de ésto las niñas te harán algo mil veces peor —contestó divertido, sin desaprovechar la oportunidad de insultarlo.

—No será peor de lo que Tsukki te hará a ti si se entera que la has llamado "niña".

no se enterará...q u e d a r á  e n t r e  n o s o t r o s —Aquel sombrío tono no dejó espacio para discusión alguna, manteniendo un silencio de esos que piensas que en cualquier momento algo malo sucederá. Leo sólo podía temblar en su sitio por aquella indirecta amenaza—. yendo al punto, ¿vas a seguir con ésto o no?

Leo logró recuperar el poco valor que le quedaba.

—Por supuesto, no retrocedería, ni siquiera sabiendo el castigo que me espera.

La persona al otro lado de la linea soltó una pequeña y oscura risa.

me gusta ese valor que tienes, lo necesitarás.

Y con eso, el desconocido cortó, pudiendo así soltar todo el aire que Leo llevaba conteniendo incluso antes de contestar. Dejó su teléfono en la mesita de noche y se dirigió a la cocina dispuesto a hacer el desayuno.

Todo ya estaba listo, solamente faltaba una última cosa...

[...]

—Ya hemos dicho que no.

...desearle suerte para que logre hacerlo si quieren que continúe la historia.

—¡Oh, vamos!¡Será una fiesta genial!

Leo estaba tratando de convencer a ambas rubias por todos los medios posibles, las cuales se negaban a ir a la "fiesta de disfraces" donde trataba de llevarlas.

—Lo sentimos Leo, es el cumpleaños de mamá: no podemos ir.

¿En serio?¿Su mamá tuvo que nacer en el día de brujas?¿Por algo tan estúpido como eso todo su plan se vendría abajo? Él no lo permitiría.

—¿A cuántas fiestas han faltado por su cumpleaños?

Tsukki abrió la boca para responder con un "ninguna", pero al darse cuenta que se perdieron algunas mantuvo su boca cerrada.

—Me lo suponía...¡sólo será por esta vez?

De la nada sintió la mirada fija de la oji-celeste, la cual lo miraba con desconfianza:

—Nunca pensé que te gustara el Halloween...

—B-Bueno, unos amigos me invitaron a la fiesta y-

—¡U-Un momento, pff! —lo interrumpió la oji-violeta entre pequeñas risas—. ¡¿T-Tienes amigos?! —Y con eso, ella estalló en carcajadas.

El castaño rodó los ojos mientras que Chiara miraba como su conciencia giraba en el piso mientras sostenía su estómago y reía a carcajada limpia de manera exagerada, demasiado incluso para su gusto.

—Tsukki, das vergüenza ajena...

—Dí algo que no sepa... —le pidió el oji-bordo.

Mientras Tsukki seguía con su exagerada risa, ambos comenzaron a charlar sobre la propuesta: Leo le había explicado a la menor que un viejo amigo de su infancia lo había invitado a una fiesta que organizaría y que podría traer a quien quisiera. Ésto confundió a la rubia: ella no había visto a Leo hablar con alguien además de los personajes anime que pasaban de vez en cuando a saludar, molestar y comer su comida, pero aun así no quiso parecer grosera.

—Sabes que ella se preocupará, odia dejarme sola a la hora de salir.

—No estarás sola; estaremos yo y Tsukki.

—Pero si mi mamá conociera a Tsukki le daría un ataque al corazón y tú eres mayor por, ¿cuánto, dos años?

—Tres, pero seguro que cree que somos compañeros —seguía insistiendo Leo—. Por cierto, hay veces que ni te entiendo cuando hablas sobre tu mamá. ¿Es Grecia o-?

Antes de que pudiera terminar la pregunta, ella lo interrumpió:

—Oka-San es Oka-San y mamá es mamá. —aclaró haciendo un pequeño puchero—, y ya hemos dicho que no.

—¿Ni por un frasco de Nutella?

Auch, justo en su alma de golosa...

—Mmm...¡¡Ahrg!!¡¡Está bien!! —exclamó luego de un rato pensando en ello—. ¡Pero sólo con dos condiciones!

Leo tragó saliva.

—¿C-Cuáles?

—Primero: me darás mi Nutella esta tarde.

El castaño solamente asintió.

—Segundo: nosotras elegiremos tu disfraz.

Como por arte de magia, las carcajadas de Tsukki pararon. Cuando ambos quisieron comprobar la causa de ésto, la oji-violeta ya estaba al lado de Leo muy emocionada.

—¡¡Leo!!¡¡Serás una hermosa mariposa!!

—Mejor dicho, YO elegiré tu disfraz.

—Oh~...

—E-Está bien, hazlo...mientras que Tsukki no te ayude...

—Tranquilo, no lo hará.

—¡Ey!¡Estoy aquí!

—Bueno, debo llamar a mamá para avisarle. Vuelvo en un momento —dijo al terminar de su desayuno, dirigiéndose fuera del lugar para obtener buena señal y seguida de Tsukki, quien seguía diciendo que la ayudaría a convencerla.

El oji-bordo observó en silencio como ambas se retiraban del comedor. Al no poder ver más su sombra por el pasillo, soltó una pequeña risa.

—No puedo esperar a esta noche.

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¿El capítulo y el prólogo en el mismo día? Alguien deme un Nobel Bv -le dan un zape por pedir lo imposible- Itte...

La venganza no siempre sale como esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora