Había una vez, en un bosque, vivía una familia de 4 miembros, Rolando, un padre que protegía a su familia, Martha, la madre que se encargaba del cultivo. Y ellos tenían dos hijos, uno se llama Roberto, que luego ayuda a su padre a talar, y el otro hijo se llama Carlos, el es nuestro protagonista de esta historia.
Ellos tenían una casa pequeña donde tenían sus cosechas y otros materiales que conseguían, de valor tenían muy poco, solo tenían hierro y carbón, así que si tú pensarás robarle a alguien, a esta familia la tendrías en último lugar en la lista para robar.
Así que eso significa que ellos eran pobres, ya que sus Esmeraldas eran escasas (la Esmeralda es el dinero de esta historia, así aquí no será nada rara) ellos conseguían cosas que la naturaleza les daba para venderlo y ganar Esmeraldas, a Roberto le aburría hacer cosas así, pero a Carlos le encantaba hacer cosas básicas, porque sabe que todo triunfador empieza de la misma forma en la que él vivía.
De repente empieza a anochecer, Carlos y los otros se metieron a su casa, aunque Carlos no sabía porque se metían a la casa de noche, su padre nunca le decía la razón.
Esa noche, Carlos salió para comprobar que pasaba, pero no noto nada nuevo -de aseguro es porque mi padre no le gustan los mosquitos- pensó Carlos. Él estaba apunto de meterse cuando vio a un extraño a lo lejos -oh, ¡hola!- gritó Carlos, pero parecía que esa persona no lo escuchaba -¡Oye!- gritó de nuevo, y esta ves, el zombie volteó hacia Carlos y camino hacia el, Carlos también camino hacia el extraño, y al estar casi cara a cara, ¡Carlos noto que ese extraño era un zombie!
Carlos corrió hacia la casa dándose cuenta de que dejó la puerta abierta -demonios, deje la puerta abierta- pensó Carlos. Llego adentro de su casa antes de que él zombie lo atrapara, pero al voltear había un creeper viéndolo a los ojos, y como si no hubiera sido peor, pues, el creeper explotó, haciendo volar la casa de Carlos -NOO- gritó Carlos, y de premio recibió un flechazo en el brazo.
Carlos corrió hacia la pradera para alejarse de los monstruos, el durmió a lado de una roca. Aunque casi no durmió no por el frío, sino por los monstruos.
El día siguiente, al levantarse vio a los zombies y esqueletos arder en llamas, aún que también vio a una criatura negra teletransportarse de un lugar a otro.
Carlos regresó a su casa para buscar a sus padres, pero no vio a nadie, sabiendo que él debía irse de allí ya que no podía hacer nada; rápidamente se subió a su caballo, preparó su equipaje y busco una aldea en donde establecerse, pero no tuvo suerte, lo que le obligó a pasar 8 años solito.
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La batalla por Minecraft
AventureFERRET CREATIONS productions te presenta una nueva historia de Minecraft. Unos 3 chicos se conocen después de una catástrofe en Minecraft, tratando de defender una aldea buscan una forma de detener al terrorífico monstruo muerte. Pero no podrán venc...