Despues de la muerte (KuroKen)

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Dedicado a todos ustedes que leen esto que por creencia propia de mi parte han vivido más de una vida y lo seguirán haciendo.

Aviso: algunos nombres de personajes han sido modificados para que la historia se vea más realista, si tienen alguna duda guíense por su corazón (mentira, pregunten ah)

— Cuenta una vieja historia que existió una vez un príncipe de un hermoso reino quien vivía lleno de riquezas y todo aquello que cualquiera quisiera llegar a tener. Dicen que hubo un día que este amado y buen príncipe salió del palacio en busca de tomarse un respiro de su trabajo y fue entonces cuando conoció a una hermosa joven quien era arquera a escondidas de su familia — comentó la vieja señora ganando la atención de todos los niños de la habitación al instante — dicen que fue amor a primera vista y que entonces el príncipe le pidió matrimonio y...

— ¡Pero no se pueden casar tan rápido! — el pequeño que tenía un peluche en forma de delfín exclamo saltando de su asiento.

— Callate ya — el azabache a su lado le reclamó tomando su mano y jalandolo para que se sentará otra vez.

— Niños — dijo en son de reclamo — ¿Quieren saber toda la historia?

La habitación se llenó de leves gritos aceptando.

— Okay. Hubo una vez...

Hubo una vez en un lejano y hermoso reino un Rey que gobernaba con tranquilidad, dándole seguridad a su pueblo. A su muy corta edad de 22 años había aprendido como eran las cosas estando en un lugar de tan algo estatus. La muerte repentina de su padre hace casi 4 años le había dejado el cargo al cumplir los 18 años y fue así como había terminado siendo rey sin tener una reina.

Eran altas horas de la madrugada cuando a  este se le ocurrió la gran idea de dejar aquellos papeles que aún no terminaba de revisar y que le daban un dolor de cabeza enorme y salir a dar una caminata.

No era tan buena la idea dejar su puesto por un momento pero se bajo de hombros levantándose de su asiento y rápidamente se colocó una capa encima y colocándose el gorro de este para que tapara su rostro.

Había salido por la ventana de su habitación, la caída era algo alta pero lo había hecho tantas veces que le era imposible caer. Había tomado su arco y alguna flechas del establo - era donde solía guardarlas pues era el único lugar donde nadie las podía encontrar - y había salido del castillo escalando el pequeño muro que a este lo rodeaba y al quedar al otro lado salió corriendo.

Amaba aquella sensación del viento contra su rostro, sentía que en aquel momento podía renunciar a todo y no arrepentirse. También quería gritar pero aún estando dentro del pueblo no podía hacerlo porque la idea de que alguien lo viera no le gustaba ya que terminaría siendo regañado por su madre.

Al llegar al límite del reino donde daba comienzo un pequeño bosque soltó un suspiro y dejó salir un grito, por su garganta se sintió un ardor repentino y sus ojos se habian cerrado por aquella sensacion que tanto extrañanaba.

Libertad.

Al detenerse por unos segundos se quedo callado viendo como más aves salían volando de los árboles y terminó riéndose de su acción y terminó caminando dentro del bosque.

No se había adentrado tanto cuando había terminado sacando una flecha de la bolsa que llevaba en la espalda y la había posicionado en menos de 3 segundos en su arco, había escuchado una rama quebrandose y sin más tardar, voltio su mirada a todos lados.

Había dado unos pasos cuando su mirada se topó con un par de orbes amarillos que lo miraban fijamente. Aquella intensa mirada había hecho que toda su piel se erizara. A los segundos el sonido de una flecha siendo soltada en el aire lleno sus oídos y cuando menos se lo espero esta paso a centímetros de su mejilla y había terminado clavada en el árbol de atras.

Nuestras maneras de amarnos(Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora