La última y nos vamos.

13 2 1
                                    

Ese día te vi, y sólo pensé qué tan imbécil podría ser yo, así es como entraste; y siempre estuviste ahí, y yo, de alguna forma, creía que pensabas lo mismo.
Me enamoré sin darme cuenta, besé tus labios, acaricié tus manos, y bailamos cada noche, bailábamos con las estrellas. Fuimos tan eternos que no pudo haber sido de otra forma.
Entonces, me di cuenta que te odio. Te odio porque te amé, te odio porque nunca lo supe, y te odio porque ya no estas, pero a pesar de todo, quiero pedirte una última canción, al ritmo de tu sombra. Aunque sea tarde, yo me quedaré hasta que salga el Sol y sea hora de marcharse.

REALITYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora