"Lila-ndo el tiempo"

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Ya siendo las cinco por la tarde y tratándose de un día especial

La dulce y perfecta Lila buscó un pretexto.

-¿Dónde estás?- Preguntó la mujer morena y de ojos café singular a lo que ella tímida contesto:

-"Ya casi, cinco minutos más".

Por más imprecisa que fuera la respuesta, la mujer se conformó y dando cinco pasos hacia atrás, cerró la puerta y se marchó.

Cinco debían ser las razones de tal excusa a última hora:

Uno: la ropa no le entraba, o por altura o por anchura.

Dos: sonaba el teléfono sin cesar, no lo podía silenciar.

Tres: el encuentro con el mundo la tenía preocupada, ella aún tomaba tibia la chocolatada.

Cuatro: ya casi una exageración era haber perdido el peine y encontrarse un nuevo moretón.

Cinco: la intimidaba el reloj que tictaba cual asesino serial.

Casi siendo cinco y cinco salió a la ventana a respirar.

Mirando el exterior, los pájaros cantaban, cinco grados y pestañas; se animó.

"No existe el miedo" y ya casi por abrir la puerta paró y estornudó.

La mujer morena había vuelto.

Analizada la situación, abrió la boca y exclamó:

-"Mejor cuidate de esa congestión. ¡A la cama!"- y se despidió.

No es un Poema de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora