El sol reinaba dominante en el cielo.
Observé como una suave brisa rozaba las ramas de un alto árbol, sus hojas caían y luego volaban con el viento, deseé ser como esas hojas. A pesar de que había una ventana que me separaba del exterior, casi podía oler la naturaleza y sentir el viento sobre mi piel. Suspiré, descansando la barbilla en mis dos manos mientras seguía mirando por la ventana.
—Señorita Dupont.
La mención de mi apellido me llamó la atención y en ese momento me di cuenta de que la profesora Harris estaba de pie a mi lado, muy cerca de mi silla, con los brazos cruzados sobre el pecho. Una cola alta perfecta sostenía su cabello castaño; ella era una mujer muy elegante. Sus ojos color avellana destilaban molestia, no lucia contenta. Ella levantó una de sus cejas y preguntó:
—¿Le parece que ese árbol es más interesante que mi clase? —En realidad sí, pero nunca lo diría en voz alta, no quería problemas.
—Pido disculpas, señora Harris. No fue mi intención irrespetarla de ninguna manera —contesté educadamente.
La señora Harris regresó a su escritorio, murmurando algo de mala gana. A simple vista, este lugar se veía como un internado común y corriente pero no lo era. El instituto Marshall era un psiquiátrico experimental que tenía en su mayoría pacientes jóvenes que sufrían algún tipo de trastorno, los pisos estaban categorizados por niveles desde trastorno ligeros, medios hasta severos.
Los pacientes del primer piso podían a asistir a unas cuantas clases regulares y generales en un intento de evitar que nos atrasáramos académicamente y de brindarnos la idea de que éramos normales. También nos daba algo que hacer, algo en que entretenernos en este solitario y aislado lugar. Yo ni siquiera sabía que existían lugares así hasta que mis abuelos me lo propusieron hace tres semanas.
¿Por qué? Porque mis padres ya no están, ellos y mi hermana menor fueron asesinados a sangre fría hace dos meses. No podía recordar esa terrible noche, todo era borroso y confuso cuando trataba de recordar. El asesino me drogó, volviéndome una testigo inútil sin recuerdos. No recordar no lo hacia menos doloroso o más fácil de superar.
Una semana después de aquella terrible noche, mis abuelos decidieron enviarme aquí. Creo que no estaban preparados para lidiar conmigo, una joven adulta de 18 años diagnosticada con trastorno por estrés postraumático, depresión clínica con ataques de pánico y con tendencias suicidas, temían por mi vida. Además, estaba segura de que les recordaba a mis padres, comprendía su dolor.
—Flor —susurró una voz suave detrás de mí. Giré la mitad de mi cuerpo hacia ella.
—Te dije que mi nombre es 'Fleur' no Flor —le dije a Dana, la única amiga que había hecho hasta ahora.
—Pero Fleur significa Flor en español, ¿verdad? —Pronunció Fleur mal.
—Sí, pero... —suspiré—. Olvídalo, ¿qué quieres?
ESTÁS LEYENDO
Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!
Mystery / Thriller[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me dejó con vida, ¿Por qué? Es tan doloroso vivir después de esa noche, tal vez él quería que viviera y...