En la barra de un pub yace un tipo que acaba de invitar a una rubia a tomar algo, la cosa pintaba bien, hasta que ella va al baño y él observa como a mitad de camino otra joven se le acerca y le comenta algo al oído, al regresar, la rubia recoge su copa con mala cara y se larga.
-Edward, creo que han venido a joderte aquí también, deberías irte cuanto antes- Le anuncio un amigo que le acompañaba, justo después de que la joven se largara.
+Ya me di cuenta, me empieza a tocar la moral esta mierda ¿Vienes conmigo?- Responde apurando su bebida.
-Que va tío, esta noche estoy en racha chaval.
Abandona el lugar y camina un trecho en busca de su coche, que, como ya esperaba, le habían tuneado. Las lunas reventadas, ruedas pinchadas y la pintura rayada a mas no poder. "Joder, esta mierda se esta pasando de rosca." Pensó. Reviso el interior del vehículo y comprobó que le robaron el móvil y todo el dinero que había dejado en la guantera. Le toco volver a casa caminando, por suerte, no estaba demasiado lejos, por mala suerte, se encontró con tres tipos que le esperaban y lo empujaron hacia un callejón.
-Ese coche me costo mucha pasta cabrones, estoy harto de vuestras amenazas.
+Nosotros hacemos lo que nos manda, lo hacemos solo por dinero. De todas formas hoy pidió algo más que amenazas.+ Contesto uno de ellos.
Los tres se lanzaron sobre él lanzando puñetazos y empujándolo contra la pared, pero Edward consiguió zafarse al echarse encima de uno de los matones y tirándolo al suelo mientras recibía golpes, aprovechando el tiempo ganado, saco una pequeña navaja que tenia guardada para estos casos y se ensaño a puñaladas con el que aun estaba en el suelo, los otros dos se sintieron en desventaja y retrocedieron. Sin decirse nada, cada uno fue por su lado, unos a llevar a su compañero al hospital y el otro de vuelta a casa saboreando su propia sangre.
Al llegar al edificio donde vive, se encontró el buzón rebosando papeles con la palabra "hijo de puta" escrita. La puerta de su apartamento estaba llena de golpes y parecía que alguien había intentado forzarla. Al entrar, encuentra en el suelo fotos suyas de esa misma noche en el pub, Edward se dirige al teléfono de la casa y busca en su lista de teléfono el numero de una tal Natalia, llama pero sale el contestador, así que decide dejar un mensaje. "Mira tía, era para decirte que estas como una puta cabra, así que déjame en paz y asume de una vez que no voy a volver contigo."
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HISTORIAS QUE NO QUIERES LEER
PovídkyPequeñas historietas que escribo de vez en cuando. Todas están cargadas de giros inesperados que seguro te encantarán.