Jugando por ti

¿Aun más extraño?

A la mañana siguiente tuvieron que despertar a Jyushimatsu, lo cual costo algo de trabajo, a su parecer estaba bastante cansado, pero ya era medio día así que no les quedo más que levantar lo a la fuerza 

-Hey Jyushimatsu despierta- dijo Choro por quinta vez agitándole sin recibir respuesta -No hay manera- suspiro rendido

-Ichi, tu pasas más tiempo con el, sabes como despertarlo- dijo Oso mirando al nombrado

-mm...- penso unos minutos y tras mirar a Todomatsu que estaba junto a el parado cerca de Jyushi, lo empujo haciéndole caer en el estomago de este -Listo- 

-¡Waaa! has algo Osomatsu nii-san - se quejo el menor de todos mientras se levantaba 

-Eh... creo que funciono- dijo Choromatsu mirando como el de amarillo abría los ojos estirándose 

-¿Que sucede Ichimatsu nii-san?- pregunto despertando finalmente 

-Te has quedado profundamente dormido Jyushimatsu- dijo el cuarto  mirando a su confundido hermano

-¿De verdad?- se sentó y se giro a ver a el reloj de la habitación notando que ya era poco más de medio día -Lo siento... es solo que ahí no puedo saber cuanto tiempo ha pasado- 

-¿Ahí?- pregunto Osomatsu confundido -¿Donde es ahí? ¿Que soñaste?- 

Era un lugar totalmente blanco, tan blanco que apenas y dejaba ver aquella luz de un cielo claro y despejado que comenzaba a crearse y a tomar un lindo color azul poco a poco, pese a el hermoso y lindo cielo, todo, absolutamente todo estaba cubierto de nieve, había un enorme árbol cubierto de nueve, un enorme estanque congelado.

Por pura curiosidad se asomo debajo a tocar el lago, pero el hielo era cristalino, algo raro con aquel grosor que tenía, pero podía ver debajo de este algunos peses nadando como si no sucediera absolutamente nada. Se levanto y siguió con su camino a el que parecía ser su casa.

Entro y no había ningún ruido, parecía estar completamente vacía, logro escuchar un suave ruido perteneciente a su habitación en donde enseguida corrió para ver de que se trataba entrando sin encontrar nada fuera de lo común 

-Hola Jyushimatsu nii-san- dijo una voz algo conocida para el girando enseguida 

-Kamimatsu- dijo sonriente al ver al mencionado parado en la puerta  -¿Que es este lugar kamimatsu?- pregunto curioso -Se parece a...-

-Si... es lo que Osomatsu les contó, al menos casi lo es- explico soltando un pequeño suspiro 

-¿Casí? ¿Porque no lo es?- pregunto confundido

-Mientras ustedes iniciaron su búsqueda, yo estuve intentando entrar y estar en contacto con Karamatsu, no tenía ni la menor idea de lo que sucedía, pero cuando me di cuenta me puse a trabajar y me ha costado bastante-  

-¿Puedo ayudar? ¿Que es lo que tanto te cuesta?- comento Jyushimatsu

-Por ello te he traído hasta aquí, mira esto- dijo descubriendo un espejo de cuerpo completo que reflejaba el cuarto, pero no a ellos, solo podía notar a Karamatsu dándole la espalda sentado mirándose en un espejo como siempre, no podían ver más que su espalda -Este reflejo representa a Karamatsu, no uno como tal, sino que la esencia el mismo, como sus sentimientos, rencores, amores, sueños, esperanzas, absolutamente todo- 

-¿Y porque esta ahí?- pregunto Jyushimatsu acercando su mano para tocar el espejo notando como la posición de aquel Karamatsu se ponía recta como si algo llamara su atención y no era aquella típica encorvada