Capítulo 6.- Hierro

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Unas horas habían pasado desde aquel enfrentamiento en el paso del bosque. Después de aquella demostración de fuerza y rapidez de Hotaru, los tres lograron reunirse al final de la zona sin muchos más problemas. Habían atravesado la zona al fin, pero la noche no parecía acabar. Decidieron sentarse en un pequeño sitio algo apartado, y con más árboles de lo normal.

Los tres suspiraron mirándose unos a otros pero al rato comenzaron a reír en voz baja.

- Por dios... Esto es estresante. Hace nada que nos hemos encontrado en persona y ya hemos estado varias veces en peligro -Dijo el chico a sus amigas, aún riendo despacio-.

- Y que lo digas... ¿Estáis bien? Yo solo tengo algunos arañazos de las ramas que me rozaban mientras os seguía oculta... -Kazuya había guardado su arco y los miraba preocupada-.

Yuusei se acarició el estómago con cara dolorida pero asintió. Hotaru asintió a su vez sonriente aunque también acariciaba su costado, zona en laque había sido golpeada mandándola varios metros por el aire antes.

- No hay problema... Pero éste mini-descanso nos viene bien. Estoy cansada después de correr kilómetros, pelear con asesinos, pasar angustia al perderos de vista y muchas otras cosas -Dijo Hotaru poniendo una cara muy graciosa intentando parecer exageradamente exhausta-.

El bosque estaba de nuevo en calma. Sus típicos sonidos de fauna, y flora acariciada por el aire reinaba de nuevo el ambiente. Los tres comenzaron a organizar mejor su equipamiento, comenzando por limpiar sus armas y beber agua que previamente habían recogido en unas pequeñas cantimploras. Yuusei se echó sobre la hierba al acabar y cerró los ojos mientras dirigía si cara al cielo y sonreía.

- Es extraño. Hemos estado separados hasta hace tan poco rato... y aun así ya nos hemos salvado entre nosotros varias veces y hemos confiado el uno en el otro al pelear.

Las dos chicas se miraron entre ellas y comenzaron a reír de nuevo, pero era una risa amable y amistosa.

- ¿Sabes Yuusei...? Eres capaz de decir cosas de lo más bonitas y vergonzosas de repente que una se queda sin saber que responder. Aunque a mi no me sorprende, ya sabes la confianza que nos tenemos. -Kazuya le sonreía al chico mientras le dejaba un trozo de tela mojado con agua fría en la frente- Ponlo en la zona en la que te han golpeado, te hará bien.

El chico asintió y se levantó un poco la camiseta dejando entrever su estómago, que aunque no era lo que se dice musculoso, ya daba indicios de el entrenamiento que había llevado hasta ahora. Colocó la tela despacio y rápidamente bajó su camiseta, como si no quisiera que nadie viera nada. Al rato puso una cara de alivio, la zona que hasta ahora había estado resentida y dolorida se estaba aliviando gracias al frío de la tela. Pero fue entonces cuando se dio cuenta de que algo no cuadraba.

- Kazuya... ¿De dónde has sacado éste agua?

- ¿Huh? De la cantimplora obviamente... -respondió su amiga algo confundida-

- Ya hace mucho que llenamos las cantimploras. Y son normalitas, no conservan la temperatura del agua ni nada de eso, sin decir que parece estar... Más fría que cuando las llenamos -Yuusei llevó lentamente la mirada hacia su amiga, una mirada amable pero seria- ¿Hay cosas que no nos has contado, cierto? Es la misma sensación que cuando te vimos en el claro después de que lucharas con esos tíos... Mira, Kazuya, yo lo respeto pero...

La chica del pelo blanco-azulado levantó una mano y cerró los ojos, como queriendo que Yuusei dejara de hablar, cosa que el chico entendió, dejando de hablar.

- Si, hay cosas de mi que aun no os he dicho... Pero no porque no confíe en vosotros, sino por otras razones personales. Cuando llegue el momento os juro que os lo contaré y explicaré todo.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2017 ⏰

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