Capitulo 5

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Baje al salón encontrando a todos durmiendo usándose unos a otros como almohadas.

Buters estaba abrazando el brazo de Kenny como si fuera un niño acurrucado en su peluche. Les tome una foto que usaría para que luego mi amigo me de dinero por ella.

Entré a la cocina donde encontré a Cartman durmiendo sin camisa sobre la mesa con restos de comida, envoltorios destrozados y latas vacías.

-Das asco.

Había un delicioso olor a café recién hecho. Tome una tasa y me serví lo que quedaba para luego ir a hacerle compañía a la persona que estaba despierta.

Resultó ser Pip.

-Buenos días –dije bostezando mientras iba a sentarme a su lado en el comedor.

-Buenos tardes –me corrigió riendo- Ayer me divertí mucho... Gracias por invitarme Stan –sus mejillas se pintaron de rosa y no pude evitar recordar a Kyle, el de cuando éramos niños.

-Qué bueno que te hayas divertido –sonreí tomando un sorbo de café- Nadie te molesto ¿verdad? Porque si lo han hecho yo...

-No, no –se apresuró a interrumpirme- Todo lo contrario, se disculparon por cómo me trataron cuando éramos niños.

-A excepción de Cartman –lo corregí no esperando respuesta.

Escuchamos el ruido de un motor y fuimos a ver quién era.

Cuando salimos había una motocicleta negra, último modelo con algunos dibujos de llamas verdes, era genial. Sobre ella estaba un chico de cabello negro y despeinado, lentes de sol, con un cigarro en la boca, vaqueros desgastados, chaqueta y guantes hasta los nudillos de cuero negro.

Hiso una señal con la cabeza que indicaba que nos acercáramos mientras extendía un casco que hacia juego con la moto.

-Tengo que irme Stan –dijo Pip sacándome de mis pensamientos.

-Espera –alcance a tomar su remera con un movimiento brusco, el miraba sin entender- ¿Lo conoces?

-Sí, ¿recuerdas a Damien? Fue nuestro compañero hace muchos años.

Cuando terminé de decir esto, en la mano con la que me aferraba a Pip apareció fuego. Lo solté rápidamente y las llamas desaparecieron, antes que pudiera decir algo la moto volvió a rugir con insistencia.

-Me tengo que ir Stan –sonrió apenado y se dirigió a la motocicleta. Se sentó en la parte de atrás, y con el casco ya puesto, abrazó fuertemente al conductor- Gracias por todo, nos vemos.

El otro inclino la cabeza haciendo que sus lentes bajen un poco y pueda ver su mirada acecina. Trague saliva dispuesto a no prestarle atención y despedirme del rubio, pero acelero y se fueron a toda velocidad.

Cuando entre Kenny ya se había tomando mi café y ahora se refregaba los ojos.

-Dormiste feliz ¿no? –dije mientras le mostraba la foto que tome. Parecía que le iba a dar un derrame y me apresure a decir:- Si la quieres vas a tener que pagarme 5 de los grandes.

-Sisisisi. No me importa ¡Solo pásamela!

Todos se fueron despertaron de a poco, y cuando ya todos lo estaban las sirvientas de Kenny nos prepararon hamburguesas.

En la tarde solo quedamos con Kenny y Cartman, el gordo estaba en la computadora del cuarto de al lado mientras que yo le contaba al gigoló que es lo que paso con Kyle después de que lo seguí.

Ya nada es igual GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora