NUEVOS (cap largo)

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Entraron en la casa de Uma, ella estaba almorzando.
-Tienes que ocultarnos -le dijo Serena a Uma.
-Pueden ir a mi habitación, segunda puerta a la izquierda -señaló Uma.
Las dos corrieron hasta donde les indicó Uma y se escondieron debajo de la cama. Escucharon que tocaron la puerta y Uma fue a entender.
-Disculpe señora, estamos buscando dos mujeres sospechosas de múltiples asesinatos, al parecer pasaron por aquí, ¿usted vio algo?-dijo el oficial de policía que las estaba persiguiendo.
-No señor-respondió Uma un poco asustada de que la descubrieran.
-Las sospechas se llaman Serena y Sabrina-dicho esto el oficial le mostró unas fotos de ellas, eran las dos que se habían metido a su casa.
-No se nada sobre ellas- intentó disimular desinterés sobre el tema.

-Sabrina, ¡Deja de moverte!- le replicó Serena.
-No quepo aquí, es muy pequeño- se quejó ella.
En un mal movimiento tiró la mesita de luz y dejó caer la lámpara la cual se rompió en pedazos.
-Nos escucharon...- susurró Serena.
Era cierto, el oficial de policía escuchó el ruido desde donde él estaba.
-¿Qué fue ese ruido?-preguntó el policía sospechando de que esta mujer le estaba ocultando algo.
-N-No es nada, debió haber sido mi gato que botó algo- respondió Uma tartamudeando.
-¿Me dejaria inspeccionar su casa?
-Claro- dijo Uma dejándolo pasar
El oficial revisó toda la casa sin encontrar nada. Faltaba solo 1 habitación: la de Uma.
-¿Me deja pasar?- preguntó el policía con la mano en el cerrojo de la puerta.
-S-Si, pase
Él pasó sin decir más.

Se escuchó el sonido de la puerta de la habitación abriéndose.
Serena y Sabrina contuvieron la respiración e intentaron no hacer ningún movimiento brusco. Había sólo una ventana en la habitación, tenían que ser rápidas si querían salir de ahí con vida.
El oficial examinó la habitación con la mirada y nada le pareció sospechoso, sólo la lámpara tirada.
Sabrina no pudo contener más la respiración y largó un suspiro. Serena le tapó la boca pero ya era demasiado tarde, el policía estaba a punto de agacharse para observar debajo de la cama.
Serena agarró fuertemente del brazo a Sabrina, la levantó y en un movimiento rápido salieron de debajo de la cama y saltaron por la ventana.
-¡Detenganse!- gritó el oficial mientras disparaba.
Se escuchó un leve grito, pero lograron escapar y correr hasta desaparecer en el bosque. Serena se dio cuenta que su compañera estaba herida en su hombro derecho.
-¿Usted sabía que estaban aquí?- preguntó el policía levantando la voz.
-¡Le aseguro que no!- mintió Uma.

-Me duele- dijo Sabrina con un tono de voz bajo.
-Si no me hubieses seguido nada de esto hubiera pasado.
-No puedo seguir- dicho esto se detuvo y se sentó contra un árbol.
-Si te encuentran di les que te rapte- dijo Serena sentándose al lado al lado de su amiga. Se quedaron calladas mirando las hojas caídas del otoño.

-Frank- llamó Wendy.
-¿Qué pasa?- preguntó él dirigiéndose a ella.
-Mira eso- dijo Wendy señalando algo con su cabeza.
Frank vio a una chica con una mascara y al lado de esta otra con pelo anaranjado y una herida de bala en el hombro derecho.
-Son Serena y Sabrina- explicó Wendy sin apartar la vista de ellas- cometieron múltiples asesinatos, por lo que escuché en realidad fue una venganza, ¿Podrás acabarlas tu sólo?
-Creo que sí- asintió Frank- no creo que puedan hacer mucho, solo combatiré con Serena.
-Bien- afirmó Wendy.

Las chicas voltearon la vista y vieron a un chico de cabello negro, ojos verdes y un gorro, llevaba en su mano derecha un cuchillo parecido al de Serena.

Las chicas voltearon la vista y vieron a un chico de cabello negro, ojos verdes y un gorro, llevaba en su mano derecha un cuchillo parecido al de Serena

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-No te acerques- advirtió Serena levantándose.
-No pueden escapar- sonrió Frank levantando su cuchillo.
Ella no iba a permitir que siguieran lastimando a su amiga. Sacó su cuchillo y se acercó lentamente a Frank quien también se acercaba a ella.
Wendy observaba todo desde su escondite, podía ver cómo Sabrina respiraba aceleradamente, decidió acercarse a ella.
Frank se abalanzó sobre Serena pero ella fue más rápida e intentó clavarle el cuchillo a Frank. Él la esquivó y le dio un fuerte empujón que logró tirarla al suelo. Frank se colocó sobre ella dispuesto a matarla mientras forcejeaban. Por el rabillo, Serena logró ver cómo una chica se ponía detrás de Sabrina dispuesta a acabar con su vida.
-¡NO!- gritó Serena con desesperación mientras apartaba a Frank logrando hacerle un pequeño corte en su abdomen rompiéndole las telas de su remera.
Sabrina, al escuchar el grito de su compañera, intentó levantarse pero Wendy la detuvo y le clavó el cuchillo justo en el lugar de la bala.
Serena estaba furiosa, entonces empezó a lanzar cuchillasos al aire intentando darle a Wendy. Frank la inmovilizó y Serena le dio un cuchillaso en las costillas. Finalmente los dos atacantes decidieron huir.
-Sabrina, ¿estas bien?- preguntó Serena preocupada.
-Me duele mucho más...- respondió Sabrina susurrando.
Le salía mucha sangre, Serena le colocó la misma venda que Uma le había colocado a ella en su pierna izquierda. Wendy no logró hacerle una herida profunda pero si en un lugar muy sensible el cual le daría un gran dolor a su amiga.
Serena no sabia que hacer, si la llevaba al hospital la reconocerían, probablemente el policía seguiría en la casa de Uma pidiendo refuerzos. Serena sabía que si Sabrina no recibía atención médica moriría. Estaba en una lucha contra el tiempo.
Recordó un lugar, el de su hermano mayor y casualmente este era médico.
-Te levantaré- le dijo a Sabrina.
-¿A donde me llevarás?- ella sentia mucho dolor, ya no podía resistir.
-A la casa de mi hermano- respondió Serena mientras la cargaba en sus brazos- el es médico y en su casa tiene una clínica.
Serena corrió hasta la casa de su hermano con su amiga herida en sus brazos.
Cuando llegó tocó la puerta desesperadamente y su hermano la atendió. Él era un hombre alto, era atractivo pero no logró formar una familia.
-Serena...- susurró este.
-Alejo, necesito que me ayudes- dijo Serena sollozando mientras Sabrina dormía en sus brazos.
-A perdido mucha sangre, no se si podre salvarla- respondió Alejo.
-Has lo que puedas, por favor...- dijo Serena mientras le entregaba a su hermano a Sabrina.
Alejo la llevó a su consultorio donde tenía todo lo necesario para intentar salvar a la amiga de su hermana. Pasaron segundos, minutos, horas y Serena seguía esperando a que su hermano terminara. Ella sólo quería que Alejo apareciera diciendo que todo estaba bien, lo único que ella quería era proteger a Sabrina pero empeoró todo.
-Hermanita- llamó Alejo a Serena.
Esta se acercó rápidamente esperando la respuesta de su hermano.
-Sobrevivió a la operación- afirmó Alejo con una sonrisa.
Serena se sentia tan feliz, ya queria ver a Sabrina.
De repente tocaron la puerta: Eran un chico que en sus manos llevaba un juego de mesa y a su lado una chica. Eran completamente grises.
-¿Quieres jugar a nuestro juego?- preguntó el chico con una gran sonrisa levantando el tablero.
-Gus- dijo Serena dirigiéndose al chico- Susan- dijo esta vez dirigiéndose a la mujer.
-¿Cómo sabes nuestros nombres?- Gus empezó a reconocer a la chica de aquella máscara tan extraña, había apareció en televisión con otra chica llamada Sabrina- ¿Serena?- se animó a preguntar Gus.
-Hasta que me reconociste- sonrió Serena aunque sabía que ni podían ver su sonrisa, estaba cubierta por la máscara que llevaba puesta.
Se escuchó como se habría una puerta dentro de la casa, era Sabrina, ya se había recuperado un poco.
-¡Sabrina!- gritó Serena mientras corría hacia ella para darle un abrazo.

-¡Sabrina!- gritó Serena mientras corría hacia ella para darle un abrazo

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Dos mujeres, un DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora