Siete.

14 1 0
                                    

Estoy esperando a Euken en la puerta de mi casa, pero me estoy quedando dormida ya que no he podido dormir mucho esta noche pensando en quién pudo haberme mandado aquellas flores.
Carter.
Ese es el único nombre que me viene a la cabeza, ya que aunque Will también tiene motivos, no se arriesgaría tanto a tener problemas con Liz.
Después de 5 minutos llega Euken corriendo y pidiendo perdón por llegar tarde, a lo que yo niego sonriendo haciéndole saber que no pasa nada, y así nos dirigimos a buscar a Azahara para poder ir al instituto.

Azahara llega y nos saluda, a Euken con un abrazo y a mi con un simple "hola". Bien. Genial.
Vamos al instituto y nos encontramos con Deena y con Nayra en el camino, haciendo que ahora vayamos todos juntos al instituto.

En clase me siento en mi sitio, junto a Emily y comenzamos a hablar un poco hasta que llega el profesor de inglés y nos toca atender, aunque media hora después me distraigo porque me llega un mensaje al teléfono.

Cart ♥

Te recojo a la salida, pequeña Sky.

Sky ♥

Lo afirmas? Y si no puedo?

Cart ♥

Puedes, así que te recojo y no hay más que hablar.

Sky ♥

Te odio.

Cart ♥

No te engañes preciosa, hasta luego ;)

Sonrío y bloqueo el móvil, pero cuando levanto la cabeza me encuentro con la mirada de Emily, la cual me mira preguntándome por qué sonrío. Le digo que no es nada, que me acaban de contar un chiste y aunque sé que no me cree, lo deja pasar.

Durante el descanso, hablo con Emily y con Euken mientras que noto que Nayra y Azahara me están mirando realmente mal. Suspiro cansada. ¿Qué habré hecho ahora?
Ninguna me hace caso y siguen a lo suyo, hablando con Liz y Deena mientras que me miran de reojo de vez en cuando. Decido que lo mejor será ignorarlas y seguir con nuestra conversación.

Por fin toca el timbre y nada más salir, una moto para a mi lado. Sonrío reconociendo la misma moto que ayer me llevó a casa y cojo el casco que me ofrece para después montarme y que Carter arranque.

Media hora dura el viaje, hasta que llegamos a una zona de picnic preciosa. Allí Carter para y bajamos para que después él coja su mochila y nos sentemos en una mesa.

- Espero que te guste la comida del McDonalds. - dice sacando un par de bolsas llenas de hamburguesas, bebidas, y patatas. ¿Pero cuánta comida hay ahí?

- Sí pero, ¿Has invitado a alguien más?

- No, ¿Por qué? - pregunta él confuso.

- Ah no, nada, es que hay mucha comida.

- Me gusta comer. - dice encogiéndose de hombros.

Este chico es raro.

Empezamos a comer mientras le cuento un poco más sobre mi y él también me cuenta cosas sobre él.

Me cae bien este chico, pienso, pero antes de completar ese pensamiento, ahí vienen las voces, las mismas voces que me perturban cada noche, las mismas voces que no me dejan quererme a mí misma, diciendo que Carter querrá algo de mí porque no hay otro motivo para hablarme, que es imposible que yo le guste o algo parecido.

Y yo, como siempre, me las creo, me creo esas voces porque son las únicas que están conmigo siempre, porque habiendo chicas tan guapas en muchos sitios es imposible que Carter se fije en mí, porque hace poco vi a Carter besarse con otra, porque no estoy hecha para ser querida.

- ¿Estás bien? - pregunta él, a lo que yo asiento.

Él me mira fijamente para después dirigir su mano a mi mejilla, no entiendo nada hasta que veo su mano mojada, vaya, estoy llorando otra vez... Ya ni siquiera me sorprende llorar sin darme cuenta, no es raro en mí últimamente, y aunque no me guste ésta situación, no tengo mucho más que hacer.

- No sé qué es lo que te tiene así, pero estoy seguro de que no merece la pena que te pongas así, porque nada ni nadie debería de ser capaz de hacerte daño.

- La vida no es de color de rosa, Carter, me costó aprenderme la lección, pero así son las cosas.

- Me tienes aquí, para lo que sea, deberías de saberlo. - dice él viendo cómo me levanto para irme.

No aguanto más aquí, no puedo más, quiero ir a casa, encerrarme en mi cuarto y llorar, llorar hasta quedarme dormida. Esta vez no voy a hacerlo, no debo hacerlo, quiero dejar de hacerlo, no quiero ser la chica de los cortes, no puedo serlo, tengo que parar y esto empieza por hoy.

- La última vez que me dijeron eso me terminaron fallando, prueba con otra frase para la próxima vez... - digo para después irme.

Estoy en mitad de la nada y no sé cómo llegar a casa desde aquí, ni siquiera sé dónde estoy, pero no quiero volver con él. No debo. No puedo.

------------------------------------------------------------------------------

Llego a casa, no sé cómo pero he llegado. No hay nadie, gracias. Subo y me encierro en mi habitación, no quiero que nadie me vea llorar.

Lloro porque no puedo más. Lloro porque no le veo sentido a mi vida. Lloro porque no le importo a nadie. Lloro porque todo se va a la mierda, cada día más. Lloro porque no encuentro salida. Lloro porque necesito ayuda. Lloro para desahogarme. Lloro porque necesito paz. Lloro porque estoy cansada.

Lloro porque no puedo seguir así.

No sé en qué momento exactamente he terminado cogiendo la cuchilla, no sé cuándo la he clavado en mi muñeca, no sé cuánta fuerza he hecho, sólo sé que veo sangre caer, sólo sé que no soy capaz de sentir ese dolor, sólo sé que quiero desaparecer, no existir.


Prométeme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora