Cuando el ejército del Usurpador petó en las puertas de la Residencia del Rey, Visenya y su abuelo eran los únicos Targaryen en peligro. Aerys sentía debilidad por su adorada nieta, a la cuál acunaba cada noche en el Trono.
El resto de la familia real había viajado a Dorne para celebrar el nacimiento de una de las ocho hijas de Oberyn Martell.
Jaime Lannister, que no estaba muy de acuerdo con el plan de su padre de poner a su hermana y a Robert Baratheon en el trono, y que sabía que masacrarían a cualquier Targaryen que se encontrara en el palacio, ayudó a Ser Barristan a huir para salvar a la criatura de un año.
Al llegar a Essos, Visenya no tenía más que un hombre que había jurado protegerla con su vida y siete Reinos que lloraron su muerte.