El Génesis

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Entre el ruido de la gran ciudad,

de los coches,

de la gente,

de las máquinas,

mas allá,

entre el ruido del viento furioso,

de los árboles,

de la tierra,

de los ríos, 

mas allá;

entre el ruido de la tormenta,

de las nubes,

de los truenos,

de la lluvia,

mas allá;

entre el ruido de las mentes,

de la desgracia,

de las preguntas,

de la infinidad,

mas allá todavía;

entre el ruido de lo oculto,

de las almas perdidas,

de la felicidad,

del arte,

mas allá...

ningún ser pudo escuchar,

el leve sonido de una piedra.

Una piedra cayendo al agua.

La piedra escuchó el silencio.


Hundiéndose en el agua,

cada vez más presionada,

alejándose de la luz de la superficie,

olvidó que era una piedra.


Pero seguía siendo.

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