SEGUNDO

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Iba caminando entre arbustos y árboles cuando desvíe la mirada por el sonido de un llanto en seco, cuando miré a la persona que hacía el ruido me dí cuenta que era Alma, ella estuvo observando tal vez todo lo que acaba de ocurrir, o hasta antes cuando estuve en la cafetería, no sabía como, pero podía ser una escaza posiblidad de que llorara por contemplar esa realidad.

La miré, aún yo tenía los ojos rojos y vidriosos, ella tenía cubierta la boca con las dos manos mientras derramaba lágrimas emitiendo gemidos de lástima mientras me miraba.

Con el cachorro en manos mientras lo apegaba a mi pecho y acariciaba su pequeña cabeza me dijo desde donde estaba:

-L..lo lamento tanto -seguía llorando sin señal de que pararía de hacerlo-

Se me escaparon otra vez las lágrimas, comencé a llorar a todo dar, mientras sentía que las piernas no podían soportar mi peso y caí de rodillas con todo y cachorro.

Alma corrió hasta mí, y se agachó a abrazarme con todo su cariño llegó hasta lo más profundo de ser.

-Calma, estoy contigo -dijo mientras con su dedo pulgar secaba mis lágrimas-

Mantuvo el abrazo por más tiempo, se lo correspondí mientras colocaba mi rostro sobre uno de sus hombros y continuamente empapé su vestido de mis lágrimas desesperadas.

-Se ha..han ido -dije llorando desconsoladamente-

-Lo he visto, cuanto lo lamento -me apachurraba sintiendo hasta lo más profundo de ella.

Eso basto para que dentro de mí despertará una sensación diferente e irreconocible que se fue alimentando día tras día.

-¿Me seguiste hasta aquí?

-Claro que te seguí no podía dejarte ir así porque sí, vine volando

-¿Cómo?

-Volando -aclaró de la manera mas normal-

-Tendrás que explicarme eso.

-Esta bien, bueno sí tienes que saber muchas cosas pero luego ¿Sí?

-Tengo que ir a casa, quiero descansar -dije limpiandome la cara con la manga de la casaca-

-No puedo dejarte ir así

-¿Por qué no?

-No estás nada bien, ¿te gustaría quedarte en mi hogar por hoy? -dijo de manera inconsciente.

-Solo quiero estar a solas por favor.

-Está bien, vamos te acompaño

-Pudo ir sol.. -Giré y Alma había desaparecido-

Bueno mejor así -dije para sí-.

Caminé hacia casa cuando hace menos de un día eramos yo, papá y mamá pero ahora ya no había ratros de ellos.

Escuché graznar, giré y el pajaro azul estaba ahí de nuevo, se posó en mi mochila, lo tomé con un mano y con otra sostenía al cachorro, era bellísimo con una mirada profunda que se me hacía muy familiar, pero sentía que me encantaba.

Hizo un ademán con el pico como si estuviese despidiéndose, dándome un beso en la mano y se fue volando tras la cueva cercana que acababa de ver otra vez, lo ignoré y decidí entrar a casa de una vez por todas. Abrí la puerta con la llave retirada del bolsillo y solté al cachorro hacia dentro, se fue defrente arriba del sillón, me senté en él y lo coloque en mi regazo.

Lo observe bien, lo sostuve com ambas manos mirando hacia mí mientras pensaba que era un bello shitzu color beige con ojos verdes y nariz marrón. Era precioso, era macho y le puse de nombre Scott, podía saber al mirarlo que era atento y muy astuto.

Suspiré, tomé a Scott y lo deposité en el piso nuevamente. Caminé de forma instintiva hacie el cuarto de mis padres, que traía un aroma con miles de recuerdos, observé el closet que tenían al frente de la cama matrimonial y tomé asiento en ella, mirando de frente a éste, me invadió una curiosidad inmensa de abrirlo y eso fue lo que hice, repentinamete observé todos los abrigos que se encontraban colgados, había uno que era el favorito de mamá, lo descolgé, aspiré fuerte su aroma a violetas y decidí ponermelo, creo que hice mal, me encontré más taciturn.. que nunca y unas finas lágrimas brotaron de mis ojos, dejé que corrieran por mis mejillas sin limpiarlas con los ojos cerrados, dí unos pasos hacia atrás y sonó un sonido en seco de que algo pesado habia caído, miré hacia el piso y me torné en cuclillas tomando en mano el objeto dorado brillante, con una larga cadena dorada, era un reloj pero no cualquier reloj debió ser de mi madre y se había encontrado en el bolsillo del saco que al retroceder había estado al filo y había caído ya.

Mi mano podía cerrarse alrededor de él luciendo una finas manecillas avanzar con cada tic toc que emitía, tenía grabado unas letras en la parte trasera de éste la letras inciales G.A., debajo de las letras 1904 y éste símbolo ∞.
Me sentí curios.. al examinar el bello reloj nunca antes visto.

Lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta que tenía debajo del abrigo intuyendo que me haría falta.

Volví a tomar asiento en la cama de mis papas cuando de repente ingresó Scott llorando, le hice mímica junto a la cama para que subiera a mi lado y eso hizo cesando su llanto de cachorro.

-Ven aquí pequeño ahora somos los dos -lo abracé muy fuerte y lo dejé a los pies de la cama .

Me acosté en el centro de ambas almohadas mirando el techo y pensando en muchas cosas, saqué el reloj del bolsillo lo tomé en una mano, lo puse sobre mi pecho y cerré los ojos repentinamente y me dormí.

~Miss Peregrine Y La Otra Historia <<PAUSA TEMPORAL>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora