CUARTO

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GRACIAS POR SER FIELES A ESTA HISTORIA.

Miré a mi alrededor para saber si alguien se acercaba, recogí prontamente el enorme libro y lo sostuve entre mis brazos buscando una mesa cercana para apoyarlo y seguir leyéndo, la encontré con la mirada, rapidamente me acerqué con éste y lo coloqué encima.

No podía creerlo, la niña de la foto no podía ser la que yo creía, pero el nombre me decía todo lo contrario una y otra vez, era ella, Amelie McCain, mi madre en un libro de peculiares. Conservaba su rostro, siempre había sido igual, sólo que en la foto lucía como una adolescente de 16 años, ya iba entendiendo todo de a pocos, pero dudas, me quedaban un montón, había una categoría debajo del nombre que decia peculiaridad, debajo de los nombres de sus demás compañeros definía cual era su propia peculiaridad, pero la de ella estaba estaba en blanco.

¿Cual pudo haber sido la suya?.

No quería que nadie me viera con aquel libro, no quería que supieran lo que acababa de encontrar ni descubrir, mucho menos que me hagan preguntas, dejé el libro en su lugar, tomé asiento en el sillón más cercano, coloqué mis codos sobre mis rodillas y apoye el mentón en ambas manos buscando explicaciones, no soporté más ésta confusión y me puse de pie a caminar por el vestíbulo.

Cuando entonces, ingresó un niño aparentando 9 años, con un trencito de juguete y se me quedó mirando sin decir nada, cuando de pronto el tren que tenía en mano se movió e hizo unos sonidos propios, el niño lo dejó sobre el piso, el juguete dio una vuelta en sí y salió del vestíbulo, el castaño me dedicó una mirada penetrante con sus grandes ojos cafés sin decir nada y siguió al tren, supuse que le diría a los demás que yo ya estaba ahí otra vez.

Decidí salir del lugar, me dirigí a la segunda planta por la escalera de caracol y decidí esperar fuera del aula donde se encontraba Alma, pasaron veinte minutos exactamente y al fin salió sonriente, fijó los ojos en los míos, tomó mi mano y como de costumbre emprendió rumbo a otro lugar que yo desconocía, corrimos por muchos pasadizos juntas, sí una chica, corriendo de la mano con otra, (sí, Green es una chica) y me hizo ingresar a una habitación que tenía una ventana que daba al jardín donde jugaban los niños, cerró la puerta detrás de mí, nos quedamos solas ahí dentro, ella tomó asiento en la cama, el cuarto tenía las paredes celestes, había una mesa de noche con 3 grandes libros sobre ella y un reloj-pulsera de plata encima de ellos.

Era un ambiente confortable y pacífico que comencé a amar.

Me senté a su lado, puse mis manos a ambos lados descansando sobre ellas y me dijo.

-Gracias por decidir quedarte Green.

-Gracias a ti por proponermelo Alma

-¿Por qué no me dejas que te llame por tu nombre? -me preguntó con la mirada fija en mí-

-No es un gran nombre, es Aurora, prefiero solo Green, a secas -forcé una sonrisa- Me hace sentir orgullosa de mi padre, un gran hombre.



-Aurora Green, una increíble chica, muy valiente sobre todo..

-Gracias -mis mejillas ardían-

FLASHBACK:

"Escribiré un poco sobre mí, sin miedo, de una vez por todas, soy Aurora Green, acababa de cumplir los 15, aspecto, castaña clara, llevo siempre el pelo sujeto en una coleta alta que me llega hasta los codos, ojos grises, piel pálida y labios carmesí, suelo usar ropa cómoda, mis padres nunca fueron de comprarme la mejor ropa pero si la necesaria aunque siempre anhele varios vestidos.

Siempre cargo una mochila donde guardo lo mas preciado de mí, no es un diario literal pero es un cuaderno especial sólo eso, no describiré lo que escribo en él.

Si no he escrito esto antes es por.. por miedo, suelo tener desconfianza y hasta dudo de mí muchas veces, desearía ser diferente, desearía una vida menos frustada, desearía poder expresar todo lo que siento, desearía que me comprendieran, y eso intento, quien llegué a leer esto, pensará que soy patética, y tal vez lo soy, no sé que hice para merecer esto, ésta vida, sólo me gustaría retrocer el tiempo, y ahora me encuentro sola en algún rincón escribiendo esto en mi estúpido cuaderno, ayudame te necesito a mi lado, Alma."

FIN DEL FLASHBACK

Tomó mi mano, ella estaba muy fría que lo sentí prontamente.

-Bueno, bienvenida a mi habitación, no es la mejor pero es donde descanso y paso algunos tiempos libres, le hablé a Miss Avocet sobre que te quedas y está muy contenta, en la cena te presentará a todos y te asignará tu habitación, espero estés cerca a la mía -se sonrojó y me abrazo sin razón- Ay Green, linda Green cuanto te quiero, ella debe estar muy feliz -continuó mirando mis ojos-

-¿Ella? ¿Quién ella?

-Ahm.. No este quise decir que yo estoy muy feliz.

-Pero si sólo nos conocimos hace unos días.

-Dije que te estuve observando hace mucho y me haz caído muy bien, sólo quiero que sientas que ésta casa es como tu hogar.

-Sí, eso intentaré, espero llevarme bien con todos.

Tomó mis manos entre las suya y me dijo:

-Sé que soy complicada y difícil de entender pero por favor, no te vayas Green.

Yo no me iré y por ti tampoco lo haría, me caes muy bien Alma, hasta ahora eres la única persona después de mis padres que se han preocupado por mi.

- ¿Mejores amigas?

- Mejores amigas -sonreí y dejé de sentirme sola-

-Alma tengo que volver por algunas cosas en casa..

-¿Qué cosas?

-Olvidé a Scott y unas prendas que quería traer.

-Bueno te parece si vamos de noche a traerlo, vamos juntas, esperaremos que Miss Avocet se duerma y saldremos ¿te parece?

-Claro.

Y salimos de la habitación, en cuanto estuvimos fuera, estaba parado un chico como de unos 18 años cargando un enorme baúl de hierro, creo que ya adivinaba su peculiaridad, fuerza bruta era obvio, me dedicó una mirada entrecerrando los ojos y me dijo

-¿Otra vez por aquí?

Me quedé sin palabras y solo miré a Alma.

El problema comenzó cuando escribí tu nombre por el simple hecho de rellenar una hoja en blanco.
El problema empezó ahí, al ser consciente de que te quería, incluso en las historias que aún no había escrito.

(PD: Quisiera escribir un poemario)

~Miss Peregrine Y La Otra Historia <<PAUSA TEMPORAL>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora