CAPITULO 16: EL SIGNIFICADO DEL COLOR DE LAS FLORES

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George Little Waters

Ya hace una semana que empecé la universidad, y la verdad es que me sigue pareciendo lo igual de tediosa que la secundaria. No sé si es porque no termino de crecer o estoy muy cansado. Es que la verdad no tengo descanso; estudio y a la vez trabajo para la empresa de mi padre. Apenas cumplo diecisiete años y ya estoy súper explotado con mis estudios más el trabajo.
Otra cosa que no me deja descanso; son mis pensamientos. No dejo de pensar en aquella familia y sus grandes secretos o, la verdad no son secretos; son defectos que cualquier ser humano puede tener, solo que ellos se autodestruyen y creen que son lo peor que haya existido ¡Exacto! Éramos nosotros quienes pensábamos eso de ellos, pero no sabíamos que ellos lo tenían más que claro y se hacían daño por ello.

SABADO 10 DE OCTUBRE
11:40AM

Salgo de mi habitación ya listo para salir. Estoy vestido muy cómodo, ya hace días que no disfruto de momentos libre como este para hacer de las mías, y no pienso desperdiciar ni un minuto más en esta casa. Así que solo me coloco una chaqueta por el frio del viento de lo que anuncia la llegada del pronto otoño y me dirijo a la entrada de la casa. Al salir, me encuentro con quien esperaba desde muy temprano con ansias; Oscar llego con mi bicicleta (Mi nueva máquina de travesuras) Él la estaba reparando y por lo que veo, quedo perfecta, yo solo le agradezco y le doy un poco de dinero, que de seguro solo le alcanzara para un buen desayuno. Me monto a mi bicicleta y emprendo a mi viaje.
Ya después de once minutos en la carretera, llego a mi destino. Los vigilantes de esa mansión me dejan pasar con facilidad, cosa que me parece muy extraña. Sigo con mi bicicleta hasta la entrada de la casa. Al llegar a la puerta, mira hacia arriba y veo la ventana rota, tal y como la recuerdo. Toco la puerta y sale una señora; por su uniforme, puedo ver que es una de las mujeres de servicio.

- Buen día jovencito, ¿Qué se le ofrece? - Me dice muy cordial la señora.

- Soy George Little Waters. Me gustaría ver a Ruby Flame, ¿Se encuentra en casa?

- Lo siento jovencito, pero ella no puede recibir visitas. Pero puedes hablar con su hermana Esmeralda, de seguro ella puede ayudarte en algo. - Esta mujer me cae de lo mejor. - ¿Le digo que usted está aquí?

- ¡Claro! Se lo agradecería. - Ella asiente con su cabeza y se va a buscar a Esmeralda. Después de unos dos minutos, la puerta se vuelve a abrir y veo que es ella.

- George, ¿Qué haces aquí? - Me pregunta Esmeralda confundida. - Ya todo acabo ¿No lo recuerdas? El trato acabo. - Ella aclara.

- Eso ya lo sé. - Le respondo. - Y no estoy aquí por el trato ese que habíamos hecho. Estoy aquí por que quiero ver a Ruby.

- Ella no te recuerda ¿También sabes que ella no recuerda nada de lo vivió aquel día verdad? No te recuerda.

- Sé que ella olvida a las personas, no las cosas que vivió, así que déjame verla, quiero decirle que soy yo quien la hizo reír aquel día. - Digo muy insistente. - Por favor, dejame verla.

- Ya te dije que pierdes el tiempo. Será mejor que te vallas. - Ella se la vuelta y entra a su casa y me cierra la puerta en la cara dejándome allí sólo.

Decepcionado, obstinado de este día, mal humardo y triste; también me doy vuelta y me dirijo a la salida. En todo el camino, ya que es muy grande la casa y yoeb ve de usar la bicicleta, me voy caminando mientras la arrastro. Y mientras camino voy diciendo en mi mente: Crei que Diamante Flame estaba bromeando cuando le dijo aquello a Ivan, pero ahora puedo ver que es totalmente cierto, sus intenciones fueron verdaderas. No soporto que todo esto sea real ¿Como voy a superar aquel día entero donde gane una gran amiga que se ganó un espacio en mi corazón? No se que voy a hacer para no pensar tanto en eso. - - De pronto unos gritos de una mujer se escuchan y me sacan de mis pensamientos. Veo que es la misma mujer que me atendió hace minutos atrás.

CONTANDO LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora