CAPITULO 02: "NO LE ALCANZA AL CORAZÓN".

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Hanna Andrews

Estaba aterrada en realidad, pero mi plan seguía en pie. No por que quiera ser mala, si no todo lo  contrario; quiero hacer feliz a alguien, hacerlo salir de su rutina o que al menos viva algo diferente que nunca olvide.
Pero (Siempre tiene que haber un pero) pero tengo que hacerle ver a mi secuaz que todo esto es un crimen para hacer todo esto algo emocionante. Se que el no entenderá al final, pero se que estará allí hasta al fondo de esto.

Damian conduce lentamente debido a que a penas recién aprendio a hacerlo. Se ve tan serio conduciendo que hasta parece un actor de telenovelas.

— ¿Estas seguro de saber dónde vive? — Pregunto, ya que veo el camino eterno.

— Claro que si, lo he visto salir varias veces. — Responde con algo de inseguridad.

— Bien ... — Hago silencio, no por que me convenza su respuesta, si no que al sentir que de verdad quiere hacerlo, me hace sentir tan alagada que me apena.

Varios minutos después, ya estábamos en frente de la casa de nuestra víctima.
¿Soy yo o mis pensamientos son muy malvados?

Bajamos del auto y empezamos a preparar todo. Damian empieza a sacar las cuerdas y las cosas para causar el desmayo de aquel al atraparlo. Obviamente eso lo hará el, por que no creo tener tanta fuerza como para ractar a alguien.

— ¡Mira! — Exclama Damian. — Es él allí en el la parte de arriba. — Miro, y así es, se muestra la sombra en la ventana de aquel.

— Mejor aún ¡Ya sabremos donde tirar la piedra! — ¡Si, la piedra! Para que sea el quién salga a ver quien fue quien la lanzó.

Aprovecho la situación y lanzó una piedra que choca contra el vidrio de la ventana pero sin romperlo. Aquella ventana se abre y rápidamente Damian y yo nos escondemos detrás de un albor que por causalidad existe.
Veo que el chico se asoma, pero no logra ver a nadie.
De pronto la puerta de la casa se abre, y efectivamente ¡Es él! Mira a los lados buscando a alguien o eso es lo que veo, al no encontrar a nadie, se da la vuelta para ir en dirección a la puerta — ¡Damian! ¡Ahora! — Él entendió perfectamente, corrió y estando atrás de aquel, con su mano izquierda, tapo el rostro con aquel pañuelo humedecido con aquel químico.
Él chico forcejeaba para librarse de quien lo oprime, pero Damian puso empeño para poder mantenerlo hasta que al fin se de el desmayo.
Poco a poco aquel fue cayendo sobre los brazos del victimario.

Celeste Drew

Volver a esta ciudad se me hace tan extraño, la verdad es que lo pensé demasiado antes de hacerlo.
No quiero que lo sentimental me domine esta vez, por que eso fue lo que me hizo irme corriendo de aqui, ¡Si! Del lugar donde crecí, donde pase momentos hermosos y donde conseguí personas que no se merecen que las abandone sólo por que alguien me rompió el corazón.

Me miró al espejo y noto lo hermosa que luzco, he crecido mucho en realidad. Mi cabello esta mas largo y con rizos en las puntas, mis ojos verdes se ven con más brillo e ilusión — Sonrió como tonta. — Esta vez si pienso enfocarme en la felicidad.

Abro la maleta que está sobre la cama y a mis pies cae una foto (La foto donde él y yo corríamos en la orilla de la playa) la observó con nostalgia, casi inundandome en recuerdos.

— ¡No! Ya basta. — Me levantó y gurado la foto. Limpio mis lágrimas y me dirijo a la puerta.

Al abrirla, me encuentro con una sorpresa.


Isabella Burton


Son la una y doce minutos de la madrugada. Ya no aguanto el sueño, el frío, el dolor de cabeza, y el miedo. De verdad estoy asustada, el lugar está oscuro y no hay nadie que nos saque de este lugar. No tan sólo eso, lo que me da más miedo y terror; es el chico que está encerrado conmigo.

CONTANDO LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora