200

664 43 25
                                    

Estaba pensando en Mel. Faltaba poco para nuestro aniversario y todavía no sabía qué le regalaría. Estaba por empezar abril y faltaba poco para mi cumpleaños también, tenía que decirle que no me comprara nada aunque sabía que sí, ella lo iba a hacer.

Mel era como esas personas que uno no tiene un límite para amar, sólo lo hace. Ella a veces es un poco terca, pero por dentro, cualquiera se enamoraría de ella. Qué afortunado soy por tenerla.

Una luz me hizo cerrar repentinamente los ojos y no pude ver más. Doblé intentando salir de la carretera. Hice una extraña maniobra. No veía nada. Sentí una punzada en la cabeza y todo terminó oscuro.

— ¡Cameron, estás vivo! —mi madre me abrazó. No entendía nada, ¿qué estaba pasando?

— Así se hace, campeón —me felicitó mi padre. Seguía sin entender, ¿dónde estaba Mel? Lo que más importaba: ¿dónde estaba yo?

— ¿Y Mel? —fue lo primero que pregunté. A mi madre se le borró la sonrisa y mi padre suspiró.

— Lo siento hijo, pero ella no vino a visitarte después de tu accidente, antes nos dijo que... Nos dijo que quería terminar contigo —algo dentro de mí se rompió. Para colmo mi padre siguió hablando—. Pero, pero te compramos un apartamento lejos de aquí. En Beeing Woods. Puedes ir ahí y olvidarte de todo. Olvidarte de...

— Ella —solté—. Déjenme solo, ¡ya! —les grité. Se fueron y me dejaron solo, como deseaba.

No lo podía creer. Mel, -mi ahora ex-novia- no me había venido a ver ninguna vez. Ella ya no me quería y yo debía intentar recuperarla.

Y así empezó todo:

1 de abril

Oh, Mel:

Sé que no me visitaste.

Pero no significa que no te vaya a recuperar.

De: Cam, tu ex-novio y en un futuro tu nuevo novio.

365 Días Para Despedirte © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora