2. Maid Café

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REGLAMENTO INTERNO

• La entrada es de 4:00 pm a 10:00 pm de lunes a viernes y de 10:00 am a 4:00 pm los fines de semana.

• Tres retardos te hará acreedor a un día sin paga.

•Es obligación tratar a los clientes con una sonrisa, respeto y cortesía.

• Es OBLIGATORIO el uso del uniforme sin excepción y esta sujeto a cambios.

- Sujeto a cambios?

- A Sungyeol le gusta diseñar ropa así que él nos proverá de ella según la temporada o evento - respondió Howon quien también respondía al nombre de Hoya, aburrido mirando la pantalla de su portátil mientras Sungyeol asentía con entusiasmo.

Había omitido leer el contrato y ese había sido mi peor error. Me había dado una idea de que la "mente abierta" a la que se refería el anuncio se debía a... bueno, al evidente gusto de Sungyeol por vestirse de chica y aunque no había preguntado aún sobre sus preferencias sexuales suponía que era obvio. Pero si creía que lo peor era el uniforme estaba completamente equivocado. El terror se apoderó de mi al pasar a la siguiente página de la carpeta y leer el reglamento para los clientes de la cafetería:

1) Queda estrictamente prohibido tocar y tener contacto físico con los maid.

2) No está permitido tomar fotos a nuestros maid a menos de ser aprobado previamente.

3) Esta estrictamente prohibido intercambiar datos personales como número telefónico o correo electrónico con los maid.

4) Prohibido decir palabras obscenas, preguntas personales o comentarios inapropiados que puedan atentar contra la integridad de los maid.

5) Los maids no son exclusivos de ciertos clientes.

6) Prohibido entregar regalos personales a nuestros maids.

Leí y releí el papel entre mis manos frunciendo el ceño tratando de asimilar las palabras.

-Un maid café? Esto es un maldito maid café?!

-Si.

-Aunque de chicos bellos. - secundó Sungyeol quien aquel día llevaba una peluca de cabellera larga y oscura. - Por supuesto Jjongie no queremos que pienses que estamos abusando de tu confianza. - se acercó Sungyeol rodeándome los hombros con un brazo - No estas obligado a hacer compañía a nuestros clientes como te dije sólo sería atenderlos y que aprendas poco a poco el noble arte del café.

-Pero el uniforme...

-Es parte del concepto de la cafetería y como dice el contrato es obligatorio - puntualizó Sungyeol enfatizando la última palabra sin perder su tono meloso. - Y bueno el reglamento para los clientes es para garantizar tu seguridad y la del café.

-Cabe recalcar un punto importante del contrato. - intervino Hoya - Por favor lee el último párrafo de la tercera página. - indicó más ocupado en teclear en la computadora que tenía sobre una de las mesas.

"En caso de querer romper el contrato antes de los tres meses estipulados, se verá obligado a pagar lo equivalente a 6 meses de sueldo como compensación"

Esto tenía que ser una pesadilla. Una horrible y siniestra pesadilla. Me sentía estafado y me picaban las medias de rayas blancas y negras que me llegaban a la rodillas. Tenía ganas de llorar de pura frustración.

- No tienes por que asustarlo Howon! - replicó la colegiala que iba a tener por jefe - Como te dije no estas obligado a hacerle compañía a nadie pero si accedes - se acercó a mi oído - habrá bonos muy beneficiosos para ti.

Estaba acorralado y no pude más que resignarme, no ganaría nada discutiendo con los dos zafados que tenía ahora por jefes. Y llegué a la firme decisión de que trabajaría los próximos 3 meses como maid, ahorraría lo suficiente para no tener que preocuparme más por los gastos de la universidad y me largaría de ahí. Aunque no estaba muy seguro de querer "hacerle compañía" a alguien.

Sungyeol se había referido a un "maid café de chicos bellos" y la verdad no me consideraba feo, pero era consciente de mi físico. Mi complexión era delgada y debilucha y si había algo que destacaba de mi cuerpo era mi espalda que culminaba en un abultado trasero que con el tiempo se había vuelto mi complejo. Me gustaba cuidar mi piel y teñirme el cabello y a pesar de mi precaria condición buscaba combinar mis pocas predas. Muchas veces escuché a más de uno afirmar que era gay por mi perfil poco masculino y voz suave. Pero que culpa tenía yo de haber heredado los bellos genes de mi madre?

Ahora si alguien me dijera que era gay no habría forma de desmentirlo con semejante atuendo.

Siempre fui un chico concentrado en sobrevivir y en mis estudios, nunca me había interesado realmente en alguna chica o chico por lo cual no sabría definir ni yo mismo si era gay o no. Con el tiempo habia dejado de lado muchas cosas como divertirme con mis amigos e incluso el amor. Era un chico humilde con una vida dura y solitaria.

Y justo cuando creí que iba a haber una mejora en mi vida muy tarde había descubierto que la cafetería a la que me habían aceptado iba a ser un lugar para deleite de chicos y chicas que quisieran disfrutar de vernos en cosplay y tener compañía. Un maid café al puro estilo japonés, pero con chicos.

No sé de donde tomé el valor para vestir aquel traje de sirvienta las siguientes tardes, atendiendo mesas en su mayoría de chicas de facultades cercanas a la mía. Después de aceptar mi destino, me había teñido el cabello de rubio (para gozo de Sungyeol) y me había hecho un par de perforaciones con el fin de ganar más confianza en mi nueva doble vida: estudiante de día, maid en las tardes.

Sin embargo, no había aceptado ser la compañía de nadie a pesar de la gran cantidad de solicitudes tanto de chicas, como de chicos. Howon, el rey en las sombras, no perdía la oportunidad de recordarme la cantidad de dinero que se iba de mis manos al negarme, pero simplemente no me sentía preparado, me sentía cómodo limpiando las mesas y haciendo las tareas de limpieza y ya le había agarrado práctica a la cafetera. Con el pasar de los días el establecimiento se volvía más popular y Sungyeol y yo ya no podíamos darnos abasto con las mesas y más cuando este le hacía compañía a algún estudiante morboso. Pronto los tres nos volvimos más cercanos y me di cuenta que ellos no eran malas personas, sólo eran dos chicos adinerados y aburridos que querían emoción en sus vidas. No me podía quejar, me trataban bien y hasta me consentían, lo que me hacía sentir bien. Mi vida estaba dando un giro inesperado al haberme metido en aquel trabajo no sólo en lo económico si no también en mi vida social. Más de una vez encontraba cartas y regalos en mi casillero de admiradores y la gente me notaba cuando andaba por los pasillos de la escuela.

Después de todo, ser maid no había resultado tan malo.

-Disculpa... aquí solicitan empleo?

La pequeña campana que anunciaba cuando alguien entraba al establecimiento tintineó, volteándome al instante cuando limpiaba el piso del local a fondo, para darle la bienvenida a quién acababa de entrar. Y fue cuando lo vi...

Un chico de ojos pequeños y cabello castaño acompañado de un atractivo chico de cabello color azabache y mirada profunda.

- Bienvenidos a maid café - sonreí.

- Bienvenidos a maid café - sonreí

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Maid Café (MyungJong MiniFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora