-Esos malditos monos volvieron a escapar. Happy se paro frente a mi con los brazos cruzados. -Natsu, creo que deberías dejar de ponerte a gritar cada vez que los encuentras. -Da igual, solo quiero atraparlos pronto para ir con Lucy. Happy se acerco a mi con una pata puesta sobre su boca y ojos acusadores. -Últimamente pasas mucho con Lucy. -C-claro que si, es mi novia. -De seguro se la pasan haciendo cosas pervertidas. ¡Ya esta! ¿Es que ahora este gato no sabe hablar más que de esto? En un rápido movimiento cogí a Happy por la espalda y lo levante frente a mi rostro. -¡Deja de decir esas cosas! -Pero si estas todo rojo, de seguro es porque es cierto. Lo lance contra un árbol… ¡Maldito gato! Lleve una de mis manos a mi frente. Es verdad, mi cara esta más caliente de lo normal, de solo pensar en Luce no puedo concentrarme y estar lejos de ella me tiene los nervios de punta. Si cualquier cosa le pasara en mi ausencia no me lo podría perdonar y en cuanto a eso… no he podido quitarme este peso del pecho, como si algo malo sucediera… no debí venir sin ella. Sacudo mi cabeza con fuerza y golpeo mis mejillas. Nada malo le pasará y yo solo debe apresurarme para volver con ella. -Vamos Happy, no hay más tiempo que perder. Happy aún se soba el chichón que le quedo en la cabeza y se limita a asentir. Comenzamos nuevamente nuestra búsqueda. Se supone que sería fácil y con una muy buena paga, unos monos se han robado el amuleto de un hombre de una familia rica y lo quiere recuperar a todo costo, fue un regalo de su esposa y si ella vuelve antes de que él recupere dicho objeto de seguro lo degolla… al menos eso dijo. Cuando entramos a un sector más espeso del bosque el aura del lugar cambio… no, no su aura, su carga mágica aumento increíblemente. Acelere el paso y Happy lo hizo conmigo, pero el poder comenzó a acercarse y a concentrarse… Definitivamente nos siguen. Me detengo en seco y volteo dejando mi magia fluir. -Natsu, ¿Qué sucede? -Alguien se acerca… Justo en ese momento los pasos se hicieron audibles. -Ponte tras de mi. Mis músculos se tensan y siento la magia fluir por mi cuerpo anticipando una batalla… ¡Me encanta! Aunque no puedo llegar y atacar. -¡Natsu! -Por fin te encontramos. Mi cuerpo se relaja al ver aquel par de magas aparecer frente a mi. -Erza, Mira… ¿Qué están haciendo aquí? Mira se adelanta y su habitual sonrisa se borra de su rostro. -Debes volver al gremio, ahora. -Pero… ¿Por qué? -Lucy esta grave. Erza continua hablando pero sus palabras no llegan a mis oídos, es como si un pitido cubriera por completo mi audición y mi corazón se vuelve loco. Un fuerte golpe me tumba al piso y mis sentidos se aclaran. -¡No hay tiempo para que te pierdas! –Grita Erza. –Tienes que volver pronto. -¿Qué le ha sucedido? ¡¿Qué tiene Lucy?! -¿No lo sabes? –Pregunta Mira sentándose a mi lado. -¿Tengo cara de saber? Ella suelta una ligera sonrisa y Erza también se sienta. -Pues primero, ya todos saben de lo de ustedes. Siento la cara ponérseme caliente… ¡Si que debe estar caliente! -Sé que querían mantenerlo en secreto pero no es lo único que sabemos… también sabemos que no se han portado muy bien. –Suelta Mira con aquella mirada sugerente. No puedo evitar desviar la mirada… Happy me queda viendo temblando. -Yo no he dicho nada, lo prometo. -Tranquilo Happy, fue Lucy la que nos lo conto. –Dice Erza cruzada de brazos. –Sucede que tu magia es algo problemática Natsu y ella… bueno… Erza comenzó a tornarse del color de sus cabellos. -Tranquila, yo le explico. –Dijo Mira posando una mano en su hombro y volviendo la mirada a mi. –En resumidas cuentas tu magia podía matar a Lucy si no consumaban pronto, pero ella bebió una pócima que genera el efecto contrario… ella te necesita cerca para no congelarse desde dentro por efecto de la pócima. Mi corazón se vuelve loco dentro de mi pecho y me levanto sin esperar más. -Happy vamos… hay que ir con Luce. -¡Aye sir! Happy se eleva por los cielos conmigo a cuestas y veo a las chicas volverse pequeñas a medida avanzamos. La cabeza me da vueltas como loca, no logro entender lo que sucede… solo que Lucy esta mal, que algo malo sucede con ella y me trastorna saber que es por mi culpa. No sé cuanto tardamos en llegar al gremio pero me parece una eternidad, la noche esta helada y Fairy tail silencioso. A penas llegamos me pongo a correr hacia la enfermería y veo a Levy junto a Wendy dormidas en uno de los sillones. Avanzo por la oscuridad hasta la camilla y ahí esta, se encuentra cubierta por esas mantas que le ponen a los chicos cuando la magia de Gray los alcanza y su piel luce pálida, casi azul y ruego por que sea por efecto de la luz de la luna. Tomo su mano y la retiro de inmediato. Helada. Esta tan helada como una paleta helada pero me obligo a ser fuerte, retiro las mantas térmicas y subo a aquella camilla… no entiendo, realmente no entiendo que sucede pero si ella necesita calor yo soy quien puede dárselo poso mi mano en su pecho y el latir de su corazón va muy lento… demasiado a lo que había acostumbrado. Muevo su cuerpo con dificultad sobre el mío y la acomodo en mi pecho rodeándola con mis brazos y piernas. Esto no esta bien, su hielo es tan grande que traspasa a mi cuerpo y debo dejar mi magia fluir con fuerza para intentar darle calor. -No lo entiendo Luce, realmente no entiendo que demonios sucede, ni para que es aquella pócima que bebiste, ni por que te estas muriendo pero siento que es mi culpa… Mi magia es la compleja ¿verdad? Como aquella vez que sin querer te queme mientras dormíamos… sé que lo recuerdas, solo paso hace unos días, pero te amo y no me importaría renunciar a todo con tal de que estés a mi lado. -Natsu… -Happy esta mirando desde una esquina de la cama. -¿Lucy va a morir? Un nudo se forma en mi pecho, pero lo fuerzo. -¿Por qué dices eso? -Es que hablas muy triste… como cuando Lissana murió… bueno no murió pero… Me apuro a negar con la cabeza. -No te preocupes, Lucy es fuerte, ella estará bien. Happy se seco unas lagrimas mientras se acomoda en el pecho de Lucy y yo aproveche que no me ve para secar una de las lagrimas que escapo de mis propios ojos. Lucy estará bien… yo sé que será así.
