Our Family (Shikatema)

Parte 5: Problemas

- Supongo que es nuestro turno de devolverte la mano – aquel hombre sonríe con malicia, entonces descubre que probablemente esta batalla no sea tan fácil de ganar como ella pensaba.

Retrocede unos metros cuando los dos distractores, como ella los ha denominado, comienzan a correr hacia ella, un hilo casi transparente brilla entre ellos, de seguro tienen la intención de inmovilizarla, qué básico. Salta con delicadeza por sobre ellos y se protege con el borde del abanico cuando ve unas shuriken dirigirse directamente a ella. Apenas pisa el suelo una lengua de fuego amenaza con herirla gravemente, afortunadamente pasa justo por su lado cuando salta esquivándola, ni siquiera le han dado tiempo para pensar en un ataque de vuelta. Abre el abanico y manda una ráfaga llena de armas, no quiere invocar a Kamatari, no aún.

Uno de los distractores corre directamente hacia ella, cuando está a unos centímetros lo envía a volar de una patada antes de saltar hasta él y golpearlo con la punta del abanico, cae con fuerza contra el suelo, dejándolo fuera de combate en un instante. Solo quedan dos de ellos.

- Creo que vas tomando cada vez más fuerza – él está otra vez sonriendo de esa forma, como si tuviera una sed de sangre muy grande, como si quisiera destruirlo todo a su paso – Temari de la arena

- Si no dejas de hablar, probablemente termines como tus compañeros – apoya el abanico en el suelo y ella deja caer su peso sobre él, pone su mirada altiva, no debe dejar que él la mire como una oponente débil, ni mucho menos que se entere que no ha entrenado en varias semanas y que está embarazada

- Aún con esa fuerza no podrías vencerme, había oído algunas cosas sobre ti, pero no eres tan fuerte como imaginaba – la observa de pies a cabeza inspeccionándola detenidamente – ¿será que hay algo que te impide usar toda tu fuerza?, estás siendo muy precavida – trata de no expresar mucho, si él se entera que ella está embarazada de seguro va a usarlo en su contra

- Estoy entrando en calor nada más – sus músculos están tensos, atenta a cualquier futuro ataque que pueda amenazarla, toma el abanico con fuerza entre sus dedos, desviando la mirada de uno a otro, buscando alguna apertura entre ellos para terminar con todo esto

- Estás casada, ¿no? – aprieta su mandíbula nerviosa, él lo sospecha, y está casi seguro la ha descubierto, puede verlo en sus ojos, en la forma en que la mira, no hay mucho que pueda hacer ahora – bien, adivinaré... - hace una pausa, logrando una tensión en el ambiente, está nerviosa, su respiración se acelera y él abre sus labios para comenzar a hablar - un bebé viene en camino – traga duro y nuevamente entra en posición ofensiva, su risa malvada colma su paciencia – ¿acerté? – no dice nada, no puede negarlo, incluso aunque quisiera no podría, se ha quedado completamente muda. Se recrimina internamente, está acostumbrada a batallar sin preocupaciones, sin miedo a nada, ahora no sólo debía protegerse a ella, sino a la pequeña vida creciendo dentro de ella – lástima que ese niño no vaya a llegar a este mundo

- Ya veremos cómo acaba todo – por dentro quiere atacarlo y desgarrar su cuerpo pedazo a pedazo, pero no va a atacar así, él se aprovecharía de su furia para utilizarlo en su contra. Tiene que mantenerse fría, y dejar de perder el tiempo. Pisa el suelo fuertemente saltando lejos, quiere llevar la batalla a un lugar más amplio, donde no vaya a causar gran destrucción, va a acabar esto de un solo golpe, oye sus pasos justo detrás de ella.

Cuando llega a la meseta se detiene, muerde su dedo y atraviesa el abanico con sangre de ella

- Jutsu de invocación – Kamatari emerge del abanico comenzando a formar un torbellino de sus oponentes apenas ponen un pie en el lugar, el suelo de piedra comienza a romperse poco a poco, nadie puede salvarse de ella. Sonríe con suficiencia cuando ve los cuerpos ser envueltos en ese pequeño remolino de rocas, pero cuando Kamatari acaba y el polvo se extingue nota que no están, solo eran clones, rayos ¿dónde se metieron?