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Un silencio se colaba por todos los lugares de la casa y mesa.
Solo se escuchaban los cubiertos sonar en los platos como sonido de fondo.
— ¿Tienes mascotas? — solté sintiendo una bola de pelos cerca —
— Si. Tengo un perro. Se llama Jolie... — la interrumpí.
— Con un si ya me bastaba, no necesito la vida y obra de tu tonta mascota. — contesté y seguí comiendo.
Por alguna razón pensé que se estaría mordiendo el labio para no llorar. Era sensible, mamá me lo había asegurado unas cuantas veces antes de venir.
Trate de comer lo más rápido que pude. No quería estar ahí con ella. El ambiente estaba muy tenso y me sentía muy incómodo.
No se si porque sentía su mirada o por lo mal que en ese momento y desde que llegué la traté.
Terminé de comer.
— ¿Dónde esta el fregadero? — susurré. Era la primera vez que hablaba en un tono mas o menos bajo. Porque mi voz era un poco grave. Y más al momento de maldecir.
— Yo puedo hacerlo... — susurró con voz firme pero tierna — no te preocupes. Puedes subir a tu habitación, Min Yoongi.
Asentí y deje mi plato y cubiertos encima de la mesa.
Caminé con cuidado hasta las escaleras y subí uno por uno, hasta que ya no quedaba ninguno.
— ¿Min Yoongi? — preguntó.
— ¿Qué? — dije en respuesta.
— Si necesitas algo no dudes en llamarme.

вℓιη∂ нєαят (ѕυgα) [Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora