Capítulo 3

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Joe no me había dado la paliza de mi vida sin motivo, no fe un castigo ni nada parecido. Tuve una prueba de esfuerzo físico con mi cardiólogo, yo lo había olvidado por completo, Joe no. Acabe agotada y rogando por uno botella enorme de agua.

-Te encuentras perfectamente, tus problemas cardiacos están bajo control y veo que llevas una dieta muy buena además de que entrenas diariamente-dijo el médico que no dejaba de mirar a Joe con curiosidad

-Todos los días, horas y horas-dije poniéndome la sudadera

-¿Usted la entrena?

El pecho de Joe se hinchó de orgullo y dijo-Desde que la conozco

-Es usted un buen padre-sonrió el doctor dándonos la espalda

-En realidad ella no es...

-Déjalo suspiré-saliendo del consultorio. La gente solía pensar que Joe era mi padre y en cierta forma así se sentía, Joe había estado a mi lado desde que me habían dado el alta en el hospital, siempre había trabajado con papá, era su mejor amigo y su única familia. Al principio la CIA le había dado mi custodia y él había aceptado por la memoria de su amigo, luego simplemente mi soledad y sus ganas de tener un hijo se fundieron. El tuvo a la hija que siempre quise y yo conseguí un poco de consuelo a mi vida vacía. Él sabía que papá tenía una hija pero no conocía su nombre, así que Joe no sabe mi nombre de pila pero si mi apellido, que jamás usa por los recuerdos dolorosos, algo que viene bien a ambos.

-¿Que piensas musaraña?

-¿Porque te quedaste a mi lado aún cuando las decisiones de mi vida no te parecen? Tú y yo estamos unidos por el dolor de la pérdida y entiendo eso, pero mi venganza no tiene nada que ver contigo, tú ni siquiera tienes motivos para esto Joe. Es mi lucha y sin embargo mandaste a volar tu ética profesional por mi-dije dando un sorbo a la botella que me dio en el auto

-Hay cosas que puedo entender, entiendo tu enojo y tu dolor y han pasado mucho años pequeña pero tú no tuviste el suficiente tiempo con tus padres. Así que entiendo tu búsqueda de respuestas pero no tuviste ni siquiera el tiempo para portarte como una adolescente normal, estabas descubriendo el mundo y creciste. Admiro la manera en la que aceptaste formar parte de este proyecto ambicioso y la forma en la que te desenvuelves en ambos mundos, a veces muero de miedo por tu frialdad, pero luego recuerdo al hombre que fue tu padre y sé de donde proviene tu fuerza. No voy a detenerte, tú sabrás encontrar la forma de frenar esto y escogerás el camino correcto.

-A veces eres un completo cursi eh-sonreí dándole un golpe en el hombro

-Cierra la boca niñata, como van a esas cicatrices?

-Horribles

-¿Tendrás sesión de láser hoy?

Rodé los ojos y mordí el interior de mi mejilla antes de responder-No quiero, eso duele

Me daba rabia admitir que sentía dolor, Joe no estaba acostumbrado a escuchar eso de mi boca y sabía que el pensamiento le erizaba la piel.

-No tienes que hacerlo

-Joe es algo que necesito hacer, es la terapia que nunca tomé

Joe se limito a asentir mientras llegábamos a mi segunda parada médica. Mis manos aferraron la delgada e insignificante sábana que cubría la camilla y mis dientes se clavaban en la delicada piel de mis labios con fuerza

-Sólo hacen falta de 4 a 5 sesiones más

-¿Sólo?-grité

-Tu piel es demasiado delicada para forzarla a recibir más láser-dijo la doctora deteniendo el zumbido infernal por dos deliciosos segundos-Debes seguir poniéndote la pomada y sigue el tratamiento al pie de la letra, lo lograremos en año y medio

Lose It AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora