-Buenos días Andrea
-Buenos días Amelia
-Buenos días Alessa
-Buenos días Alondra
-Buenos días Anna
-Buenos días Antonella
7 días de la semana, 7 nombres diferentes
-Siempre puedes usar tu nombre real Anastasia-dijo Joe abriéndome la puerta del auto, sabía de sobra que no podía hacer eso, estaba segura que ni siquiera Joe sabía mi nombre real, lo conocía de prácticamente toda mi vida, el pensamiento me hizo arquear la ceja, toda mi vida se sentía como esta abrumadora andanza por el mundo sin un destino fijo, siempre con propósitos diferentes.
Destapé mi botella de agua, repasando el plan para hoy, hoy estaba en Nueva York y mis deberes como oficinista estaban por la mitad, la aburrida reunión de esta mañana con la gente del consejo me puso de los nervios, los textos no paraban de llegar a mi móvil y ni siquiera había podido conseguir un maldito café decente, fue sólo aterrizar y cambiar mi cómoda ropa de deporte por un traje sastre a juego con zapatos altos. Volvía de Madrid, si por mi fuera jamás saldría de Madrid, allá la vida era un millón de veces mejor que esta escoria de rutina.
-¿Quieres algo de comer Ann?-dijo Joe en cuanto el auto estuvo en marcha, negué con la cabeza, Anastasia era el nombre hoy-¿Te sientes como una princesa rusa?-siguió diciendo el hombre tratando de animarme-Déjame adivinar venías viendo esa película animada en tu móvil ¿cierto?
-No Joe, no venía viendo nada en el móvil, estoy agotada-dije dando un sorbo a mi ridículamente cara agua Fiji-Necesito cafeína y un analgésico o la cabeza va a reventarme
-Aún tienes una cita con..
-George Ferguson-eché mi cabeza hacia atrás, George es mi "jefe real" o mi "jefe bueno" -Esa es la bendita razón de que estemos aquí, la cita de esta mañana fue sólo una pantalla Joe, en realidad habrían podido conectarme por Skype
-Creo que estás olvidando algo-Joe era mis ojos y oídos, es más que el tipo que me lleva a todos lados, es la única persona en la que puedo confiar de verdad y aún así él no sabe mi nombre
-Después de ver a Ferguson iremos a Brooklyn-dije con cansancio, sabía que en Brooklyn me esperaba un regalo de parte de mi otro jefe, justo ahora luego de cumplir con una estúpida junta de consejo de la CIA iba a rendir cuentas al hombre que al parecer estaba muy interesado en mi trabajo.-Es una estupidez
-Lo sé, niña solo dejale claro quién manda-Joe me guiño un ojo por el retrovisor mientras nos desplazábamos lentamente por las atestadas calles de Nueva York
Eran sólo las 11 am y la humedad en la ciudad estaba sofocándome ya, Joe había ido a estacionar el auto mientras yo conseguía un café y una aspirina, aún tenía una hora antes de mi reunión con Ferguson pero a mi me gustaba llegar temprano, así conoces el terreno que pisas y planeas tus rutas de escape. Muchos le llaman paranoia, yo prefiero llamarlo precaución, aunque en este caso, mi reunión iba a celebrarse en el piso 23 de un edificio de 30, las rutas de escape no parecían muy viables en este momento.
-¿Cuál es tu nombre?-preguntó la chica detrás del mostrador con una sonrisa muy bien estudiada
-Anastasia-suspiré
-¿Te gustaría una carga de café extra?
-¿Tanto se nota mi cansancio? No respondas, sí por favor café extra me hará bien
-¿Algo para acompañar tu café?
-Tu silencio estaría bien gracias-sonreí poniendo los ojos en blanco detrás de mis gafas oscuras y la chica hizo una cara de ofendida, me dieron mi café en tiempo record y salí de ahí en busca de mis preciados analgésicos
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Lose It All
Roman pour AdolescentsEvoca tu recuerda más terrible, el que prefieras olvidar, el que tengas mejor guardado y yo lo usaré en tu contra. Voy a hacer que esos recuerdos parezcan los mejores, lo prometo. He usado esa frase los últimos 5 años o tal vez los últimos 8 años, a...