Capítulo 2

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-Vamos holgazana son las 5:30 am es tarde-dijo Joe tirando de mis mullidas cobijas, mi despertador llevaba sonando media hora, después del drama del día anterior había necesitado de una píldora para dormir y ahora mis párpados se negaban a abrirse-Por tu bien, mueve ese gordo trasero fuera de la cama o

-¿O que?-dije adormilada, odiaba que me amenazaran, más a esa hora de la mañana

-Voy a reventarte en el gimnasio esta mañana como no te vea de pie en 3 segundos-Joe no se dejaba intimidar por mi tono de chica ruda, era el único inmune a todo eso que yo trataba de hacer parecer como de chica mala-Vamos niña muévete

-Púdrete-dije tapando mi cabeza con la almohada hasta que sentí como mi cuerpo se separaba del colchón, mis manos sólo sostenían la almohada mientras Joe me llevaba sin miramientos al baño-Basta, bájame-exclamé arrojando mi almohada por encima de su cabeza, que me mojara yo era una cosa, pero mi hermosa y mullida almohada era otra-No vayas a...

El chorro de agua fría sobre mi cabeza fue suficiente para que los somníferos dejaran de tener control total sobre mi cuerpo. Joe me dejo de pie bajo el grifo y aunque le dirigí una mirada asesina, sólo se burló de mi y abrió aún más el agua helada

-¡Vete al infierno Joe!-grité mientras me sacaba los empapados calcetines

-Al menos ahí está calientito-dijo burlón-Tienes 10 minutos

Cerró la puerta tras él y entonces regule la temperatura del agua, necesitaba hablar a Madrid y ponerme en contacto con los rusos, pero eso podía espera un poco más, ahora lo que quería era moler a golpes a Joe por su brusca y estúpida manera de despertarme

Me puse unos pantaloncillos de deporte, mis tenis y un top, estaba lista para patear su enorme trasero, Joe era mi compañía 24/7, la condición no era mía y yo tampoco pagaba su salario Joe básicamente había entrenado conmigo desde que fui capaz de volver a mover mi cuerpo, el recuerdo de todas esas terapias quemaba como ácido en mi cabeza, sacudí mi cabello para secarlo y alejar de mi esas horribles memorias.

Joe dejo de ser mi terapeuta para convertirse en mi entrenador personal y ahora mantenía mi cuerpo en forma, entrenadores de kick boxing  y artes marciales habían pasado uno a uno por mi vida desde los 17 años 8 años después  sus teorías eran aplicadas a mi vida diaria. Baje las escaleras de mi hermoso departamento hasta el gimnasio y ahí Joe ya tenía lista la escaladora.

-¿Cardio?-dije burlona-Estás perdiendo el toque

-Sólo será una sesión corta-lo miré arqueando la ceja-De cardio, luego haremos combate cuerpo a cuerpo y tal vez hagas unas cuántas planchas, así que bebé

Hice una mueca, Joe me preparaba los batidos de proteína más asquerosos del mundo, ni siquiera me dejaba escoger el sabor.

-¿Tiene que ser verde siempre?-gemí

-Sólo son un poco de mocos

-Me asustaré el día que sea gris, significa que vertiste un poco de tu cerebro en el y sí tenemos en cuenta que ya eres un completo idiota con el cerebro intacto, no imagino con un cuarto menos-aguante la respiración y acabé con esa asquerosidad lo más pronto posible y me trepé a la escaladora, sabía que Joe iba a reventarme por mi osado comentario, por mi falta de ganas para entrenar

-Necesito que dejes los somníferos-dijo luego de 45 minutos sin tregua, mi cabello estaba empapado, el sudor resbalaba por mi espalda y lo miré sin comprender-Estás lenta

-Todos necesitamos de algo para sobrevivir un día más-jadeé

-Bien voy a darte un par de razones para que los dejes- se acercó a mi y me dio un sonoro golpe en la nalga izquierda que me hizo pegar un brinco-Esto firme y en perfecto tamaño, lo cree yo a base de esfuerzo y esto-con la toalla me dio un golpe en un pecho-Esta destinado a caerse pero no mientras sigas las rutinas del tío Joe, por no decir que aquí-hinco su dedo índice en mi estómago-Pueden seguir entrando las porquerías que comes a mis espaldas

Lose It AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora